Kamui Shirou tiene 15 años, unos hombritos enclenques y ojos enormes, líquidos, como de cervato. Ignora quién es su padre. Su madre sufrió una trágica muerte, pereció envuelta en las llamas del incendio que abrasó su casa en Okinawa, justo después de haber recibido una misteriosa llamada telefónica. El atormentado joven regresa a Tokio obedeciendo las últimas palabras que su madre le susurrara mientras el fuego aún no le había achicharrado la garganta y fundido la piel de los labios: “Kamui, ve a Tokio, tu destino te aguarda ahí”.
En Tokio viven los únicos amigos de la vida de Kamui: los hermanos Fuuma y Kotori Monou. La progenitora de éstos estaba perdidamente enamorada de la madre de Kamui desde que se conocieran en la preparatoria. Y es el violento fallecimiento de Saya Monou lo que empuja a Tooru Magami -la madre de Kamui- a dejar la capital nipona para instalarse el remoto archipiélago del sur del país.
Hasta aquí las cosas ya parecen algo complicadas, ¿verdad?, y eso que ni siquiera hemos comenzado a describir del todo la trama del manga llamado X en Japón, o X/1999 en el resto del mundo. Las autoras son el cuarteto de mangakas conocido como CLAMP. Está siendo publicado en español, -con una pésima calidad en la impresión- por el Grupo Editorial Vid.
X es la llamada obra maestra de estas autoras. Entre sus otras obras se encuentran series como Guerreras Mágicas y Sakura Card Captor. En el callejón adoramos a las CLAMP. Su obra fué nuestro primer amor cuando creíamos que seríamos otakus. Pero X, -con todo y su magnificiencia- no es nuestro manga preferido del cuarteto. De ese ya hablaremos en otro post.
Kamui Shirou también es un tipo bastante indeciso. Característica que no le viene nada bien cuando de la dirección que tomen sus afectos depende el destino del género humano. Shirou maneja poderes síquicos extraordinarios. Uno de los kanjis que componen su nombre significa “Dios”, y eso no es ninguna coincidencia. Todo lo cual nos lleva a hacer elucubraciones acerca de la identidad de su padre. Aunque después de 18 tomos, no creo que las CLAMP nos lo vayan a decir. Nos nos quedará sino hacer conjeturas, como en sus anteriores trabajos.
En todo este brete de la batalla por aclarar en qué acabará la raza humana, existen dos bandos: los Dragones de la Tierra y los Dragones del Cielo. Los primeros desean una purificación del planeta mediante el exterminio de los tóxicos homo sapiens. Los segundos desean preservar el status quo. Ambos lados se disputan a Kamui e intentan convencerlo para que una su magnífica fuerza a su causa. Eventualmente, Kamui descubre que ama a sus amigos de la infancia, y, en una escena que deriva en la secuencia más sangrienta que yo jamás haya visto en un manga, decide ser un Dragón del Cielo y combatir por preservar un mundo en el que sus seres queridos puedan vivir felices.
CLAMP tiene publicando X desde 1993. Se supone que el mundo finalizaría en 1999. Ya llegaron algo tarde. La serie quedó en pausa desde el 2003. Alcanzaron los 18 tomos. La obra, según sus autoras, alcanzará los 21 libros. Uno por cada arcano del tarot. Cuando la obra alcanzó el alto total se rumoreó que la dibujante principal del grupo sufría una depresión crónica. Más tarde se supo que, debido a los incindentes trágicos que venían azotando a Japón (el terremoto de Kobe, el asesinato de Sasebo) el cuarteto y la editorial Kadokawa Shoten decidieron ponerlo en pausa por tiempo indefinido dado la extrema violencia del manga y para respetar la sensibilidad del público. Las autoras no deseaban “dulcificar” la historia, a cuyo final se aproxima y promete ponerse más violento que nunca.
La serie ha sido adaptada en una película que vió la luz en 1996 y que llevó el mismo nombre. También fué llevada a la pantalla chica en el 2001 en una serie de 24 capítulos llamada X TV. La película tiene una excelente factura visual, -el guión es atropellado y confuso- su banda sonora es estremecedora -de la autoría de Yasuaki Shimizu– y el tristísimo tema “Forever Love” de X Japan suena al rodar los créditos finales. La serie en su versión televisiva toma rumbos diferentes al manga, aventurándose a ponerle punto final a los destinos de todos los personajes. Destino que, segura estoy, las CLAMP variarán en todo al terminar el manga.
Les recomiendo ampliamente este manga, el arte de las CLAMP es espectacular; la dibujante Mokona Apapa logra imprimirle un aire sofisticado, de elegantes detalles y una fluidez de seda al tradicional estilo ojón del manga. La guionista Nanase Ohkawa teje cuidadosamente a cada uno de sus personajes, adentrándonos con un ritmo exquisito a sus psiques y por ende, sus motivos. Ninguno de los implicados en la Batalla Final tiene razones simples para estar parado donde lo está y para actuar como lo hace. Lamentamos las muertes cuando se van dando. Y tampoco deseamos que el día señalado llegue. Porque ese día terminará X y su prolongado fin de los tiempos.