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Pinceles con ADN

Hola. Llevo muchos días trabajando sin parar. Duermo, me levanto y trabajo y trabajo y luego me vuelvo a dormir y otra vez empieza todo. Tras pensar y pensar que hacer para centrar esta mentecita que no deja de revolotear como una errática palomilla (o un testarudo mayate), decidí que lo mejor era clavarla al restirador mediante la neurosis de las fechas de entrega autoimpuestas.

Por cierto, si alguno de ustedes, por ventura o casualidad esta metido en esto de pintar, les recomiendo encarecidamente no comprar los lápices acuareleables de la marca Stabilo. Son una porquería. Si ya los compraron, pues prepárense para ingresar en el interminable (la joda se acaba cuendo se acaba el lápiz) infierno de unas minas tan quebradizas como huesitos de pollo.

También me duele la cabeza. Es un efecto secundario de chupar los pinceles. Otro consejo: utilicen siempre un trapo para secar los pinceles, hacerlo con la boca los llevará invariablemente a una intoxicación leve (espero que sea leve).
¡Pero ha valido la pena! Los monos están chidos. Claro que eso lo terminarán juzgando ustedes.

Odio no tener una amiga con quien hablar de cómics. Tuve que ir a ver Watchmen sola. (Por cierto el soundtrack es maravilloso, ya lo tengo guardadito en el Ipod)

¡Pero me vengaré cuando quieran ir a ver sus porquerías de comedias románticas!

Cuídense.
Bais.