Anja camina alegremente por las calles mojadas cuando una traicionera brisa arranca el paraguas de sus manos. La niña lo pierde de vista unos instantes y luego lo ve, el objeto de líneas elegantes deslizándose rápidamente rumbo a un resumidero, Anja corre desesperada tras él pero es inútil. El paraguas desaparece en las profundidades del sistema de aguas negras de El Lado Equivocado de la Ciudad. Acuarela y grafito sobre tela.
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