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Caricaturas retro trágicas parte I: El Príncipe Zángano: José Miel

“His labor is a chant, His idleness a tune; Oh, for a bee’s experience Of clovers and of noon!”
– Del poema «La Abeja» de Emily Dickinson

 

 

En el Callejón andamos como muy melancólicas y recordando series de televisión de la infancia. En particular aquellas que nos estrujaron de angustia nuestros tiernitos corazoncitos nueveañeros. Este sábado barría mi casa y me encontré el cadáver reseco de una lagartija a quien incluso bautizé como Bill. Los ojos se me pusieron todos aguados, ya saben, tipo Remi (en otro post hablaremos de ese pobre niño) y me acordé, quién sabe porqué, del desventurado de José Miel.

José Miel fué una serie de anime producida por los Estudios Tatsunoko (gran y excelsa fábrica de tragedias animadas) en los años setenta, llegó a México en los ochenta, se nos metió hasta el tuétano a quienes tuvimos la desgraciada fortuna de verla. Años más tarde, en mi adolescencia otaku, me sorprendí muchísimo cuando supe que el diseñador de los personajes de la serie fué mi ilustrador vivo favorito: Yoshitaka Amano.

Aquí tenemos a José, la vida se ensaña con él de todas las maneras imaginables. Este es su puchero clásico.

La ruta del chico Miel hacia las profundidades de la desesperación comienzan cuando unas malditas avispas destrozan su panal y él se cría con unas abejas silvestres. José crece separado de su madre, -quien era la reina de la colmena- hasta que un malhadado día descubre que es un príncipe y que desea ir a buscar a su madre (hubiera sido más feliz como pelagatos pero bueno, la casta lo llamó por su nombre).

Aquí da su inicio el rosario de desventuras del pobre insecto, quien deberá soportar palizas, frustraciones, ser testigo de las muertes dolorosas de sus amigos, (recuerdo que cuando niña deseaba nunca ser amiga de alguien como José Miel, su amistad era como el beso de la muerte) quienes a cada capítulo entregan su vida para que él continúe con su búsqueda. Y cuando planean el rescate de su madre, José forma un verdadero ejército con sus amigos, los cuales están dispuestos (como siempre) a morir con tal de verlo reunido por fin con ella. Entre los capítulos más espeluznantes de la serie recuerdo un0 en el que salía una terrorífica lámpara mata-insectos, y -oh, mi dios- aquel en el que José se hace amigo de una cigarra que está ya en las últimas y no puede defenderla cuando llegan otros insectos a devorarla. José recibe una paliza y está en el suelo bañado en lágrimas mientras descuartizan viva a su amiga.

Lo peor de todo es que cuando por fin se reúne con su madre, tras una batalla épica con las avispas, ella muere luego de revelarle que tiene una hermanita y que debe llevarla al Valle de las Flores donde establecerán una nueva colmena. Y así continúa la segunda parte de la serie, igual de lacrimosa y desesperante aunque ahora José no viaja solo, sino en compañía de su hermana y de un individuo llamado Catarino quien busca a su papá (¿Todos eran huérfanos o qué?)

Al final de tanta desventura salpicada con algunos buenos momentos, José Miel & Co. llegan al mentado Valle de las Flores donde el karma por fin les paga con felicidad por el resto de sus cortísimas existencias (los insectos viven muy poco).

Aquí les dejo el intro de la serie, salpicado de algunos buenos momentos.  Enjoy!

Intro de José Miel