Al despertar por la mañana en la fría calle descubrió algo más que un perro a su lado. Logra encontrar el camino a casa y encuentra a su padre doblado de aflicción por su ausencia. Anja toma su mano entre las suyas y le susurra al oído: «Papá, he traído un perro». Acuarela y grafito sobre tela.
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Curar Heridas de Guerra
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