La única razón por la que acudí este día a ver la película X-Men Origins: Wolverine solamente sale como cinco minutos (de reloj) en pantalla. Me estoy refiriendo a Monsieur Remy LeBeau, mejor conocido como Gambit. No soy crítica de cine ni mucho menos, pero la verdad es que esta película esta medio churro. Un churro repleto de suculentos tacos de ojo para toda mujer heterosexual, claro. Así que resulta ser un churro suculento. No tanto como 300 (el no-va-más de los tacos de ojo) pero menos que más, jala. Y con unas palomitas enchiladas, pues como no. Y si a eso le añades una amiga al lado, lista para escuchar tus comentarios sobre lo bien que se le ve el sombrerito a Remy o lo hermosa que es la pijama de Logan, la experiencia puede desbordarse de divertida.
Cuídense.
Bais.
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