«Sufren tremendas necesidades en el camino y por si fuera poco les toca la temporada invernal, una tormentota de nieve, mucho frio y la chingada.»
-Josafath hablando de Remi en su blog transtornos2099.blogspot
No conozco a nadie que no sepa de las desventuras de este niño. Escucho la frase «Ojos de Remi» con relativa frecuencia, incluso entre mis amigos no geeks. La vida atormentada de este chamaco francés es uno de los temas que invariablemente salen a la plática cuando a uno le da por bucear por los recuerdos de las caricaturas de nuestras infancias ochenteras, y es que de verdad, a Remi nomás faltaba que lo meara un perro (Por cierto tenía varios, a casi todos los mataron. ¿Ven a lo que me refiero?)
Esta serie de anime fue hecha por Tokyo Movie Shinsha en 1977 (¡Antes de que yo naciera!), está basada en la novela «Sin Familia», del autor francés Hector Malot y consta de 51 episodios de puro abandono, miseria, desesperación y hambre salpicados por algunos pantallazos de esperanza en la vida de este chico quien comienza en este mundo con el pie izquierdo al ser secuestrado cuando bebé, y luego entregado a una pareja de la campiña francesa quienes en medio de una crisis económica lo venden a un músico ambulante cuya muerte nos traumó a todos, (¿De verdad me tengo que disculpar por este spoiler? Todos nos acordamos de que este hombre protegió a Remi del frío de una tormenta de nieve con su cuerpo y el acto le costó la vida) el indómito, barbón y desasido Señor Vitalis. Como todos ustedes saben, este señor no viajaba solo sino que atravesaba el país galo acompañado de sus tres perros amaestrados: Capi, Servino y Dulce. Y claro, un changuito cuya desgarradora partida de este mundo (o sea cuando se murió) nos arrancó lágrimas a todos. ¿Todos lo recordamos verdad? El heroico Corazón Alegre, quien a pesar de haber caido enfermo sale a cantar a las calles para ayudar a la troupe y al finalizar su acto cae muerto. Y de los lagrimones que derramó Remi ni hablar.
A lo largo de los viajes del Señor Vitalis pasa de todo, pero la sombra de la pobreza y las terribles carencias del grupo hacen de este anime uno de los más tristes y angustiosos que he visto jamás, quizá porque los males que aquejan a estos seres son de carácter completamente posible, todos sabemos que tales realidades existen, y que personas buenas pasan penalidades como estas alrededor del mundo. Remi fue también para nosotros, los niños de los ochentas, una introducción a lo brutal que puede ser el viaje de la vida cuando las desventajas -y las injusticias- se apilan una sobre otra.
Al final, de la alegre troupe solo quedan Capi y Remi, quienes son adoptados por una familia. Pero la verdadera madre del desventuado niño: una acaudalada dama inglesa lo sigue buscando desde que fue secuestrado. Remi viaja a Inglaterra y se encuentra con ella. Al final las cosas terminan bien para él. Aunque me pregunto en que clase de adulto se convirtió.
Yo si sé que clase de adulto soy: una que ya puede tomar las miserias de Remi con humor negro.