Hace un año, más o menos, reseñaba yo aquí los futuros de varias de mis amigas. El de una de ellas varió por completo y no resultó ser lo que ella tan cuidadosamente planeaba -como suele suceder- el de otra, por el contrario, no se desvió de los derroteros que tan evidentes resultaban hace meses.
Ayer se casó. Esta entrada no trata de su boda -la cual fué hermosa, dicho sea de paso- sino de cómo una de las insignes invitadas -yo- decidió refinar aún más su disfraz de mujer para esa noche haciendo cita para corte y peinado en un salón de belleza «alternativo» que queda a pocos pasos de su casa. Siendo una mujer de 3o años en pleno proceso de averiguar exactamente cómo demonios se comporta una fémina de esa edad, me he creado muchas personas, trajes y actitudes diversas que me pongo según las circunstancias. Y la que me fabricaron ayer a base de kilos de laca no me gustó nada. La cita fué al filo de la 1:40 pm, el estilista, un chico gay que no paró de platicar con su ligue -quien lo fué a visitar a la chamba-, acerca de las bondades de un DJ del Mónica´s: un prodigio-según él-del buen gusto al mezclar música electrónica. En esta estética siempre dejo a los artistas de la tijera a su aire, confío en ellos, siempre me han hecho cortes que me gustan. Esta vez fué la excepción a la regla. El peinado resultante fué una suerte de casquete a la pájaro loco cruzado con la novicia voladora. Y el chico queria dejarlo asimétrico. Eso sí no se lo permití. Llegué a mi casa tomando callecitas secundarias, rogándole a dios que nadie me viera. Qué ignominia. Ya en la mansión, me aplaqué la tiesa cresta de guacamaya con un gorrito y dándole pasones con un cepillo. Para eso de las 6 pm, aquello ya se había convertido en algo usable que incluso me gustó. En algo tipo cavernícola-grafilado-chic. Me enfundé mi maravilloso vestidito rojo de gamuza, me parapeté en mis tacones rojos de aguja y me fuí. Me divertí supremamente y también se me caía el trasero del frío atroz que llegó a hacer a las 3 am en aquel salón de eventos al aire libre. El rocío del sereno nos dijo a todos que la fiesta había terminado.
Y hoy ya veremos.
Cuidadito con sus pelos,
D.