Errut Trastabire

Antes de decidir ir al Gran Mar, Errut considera todo lo que sobra en su vida. Le falta tiempo para saberlo. Pero no le sobra para decidir. Grafito sobre papel.

Errut llega al Gran Mar, tira sus guantes y su caja negra. Lo que más desea es sentir la arena y el agua. Un reflejo diferente. Tinta sobre papel.

Errut desciende hasta el Gran Mar, el dragón susurrándole la dirección al oído. Lo único que le quedó fue su caja negra. Acuarela y tinta sobre papel.

Errut se lleva al dragón blanco a casa, donde le dá de comer todo su equipo de boleadora de zapatos. El dragón casi se atraganta pero se lo come. Ahora Errut ya no tiene cómo ganarse la vida en esa ciudad, no le queda mas que irse. Tinta y acuarela sobre papel.

Vagabundeando por un barrio desconocido, Errut se topa con un pequeño dragón blanco que parece hambriento. Él promete decirle cómo llegar al Gran Mar, si le da algo valioso de comer. Tinta y acuarela sobre papel.

Errut se sube al metro, esperando toparse con alguien quien le pueda decir por dónde queda el Gran Mar. Tinta y acuarela sobre papel.

Errut intenta acordarse en vano de la última vez que bolear zapatos la hizo feliz. O cómo fué que terminó mirándose en los zapatos brillantes de tanta gente todos los días. Grafito sobre papel.

Errut vino de otra ciudad, pero ya no recuerda de cuál. Ni tampoco porqué se mudó. Carbón y pastel sobre papel.

Errut se da cuenta un buen día que está un poco harta de bolear zapatos. Ha oído rumores del Gran Mar. Pero no sabe si podrá alcanzarlo. Grafito sobre papel.