Los charquitos en mis converse negros, los charquitos que se formaron por la pertinaz lluvia de martes y que me acompañaron todo el día, los charquitos que mojaron las oficinas y casitas que visité hoy. Llevé al agüita de paseo, la dejé por todas partes mientras crecía mi hambre voraz, mientras tomaba clases y mientras me fumé un cigarrillo de tabaco orgánico. Incluso metí mi caldito de patitas al cajero automático. Ahora mismo el caldito de patas se seca dentro de los converse. La ropa de Michelle tiene dos días mojada, colgada del tendedero. Qué bueno que no es la mía. Ahorita me voy a bañar oh si, y a trabajar. En Lumen del centro no tenían lápices 6B, m encabroné, por eso y por una cuestión de 10 centavos, y ah, también porque un 142 me empapó sin pudor alguno. Muchas horas con los charquitos, el sonido chasqueante al caminar y la resignación a traerlos de paseo todo el día.
Así el martes.
Con puro lápiz del 4B, ya que.
¡Y hay header nuevo!