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Escapismo KYjero

HoooOLaz! Aquí reportándome escribiendo sirviéndome de mi mugrosillo teclado. Gracias por los comentarios, son todos altamente bienvenidos y terriblemente esperados. Hoy la Klo está inquieta y me EXIGE con sus impacientes gañidos algo de jamón, una salchicha, un cacho de queso, pobre Klo, debe ser frustrante que la changa humana con la que vive no le entienda. Hoy vi la revista KY, publicación independiente en la que participo, aprovechando esta tribuna les exhorto a conseguirla y a que le echen un buen ojo, trae fotos gûenísimas, artículos de un buen de temas incluida una sesión fotográfica de moda en la que los y las modelos son gente real ( que sí come) vistiendo ropa de diseñadores de la ciudad, otro sobre Mauritania, uno acerca de los mejores arroces con leche de la ciudad ( yo los probé y están deliciosos, en la Fonda de doña Guille ) comics, e incluso una receta de cocina. La pueden encontrar en la Joseluisa, en los restaurantes Outback, los vuelos de Interjet y por supuesto; en mi magnífica oficina de los sábados por la noche ahora relocalizada entre Niños Héroes y Washington hasta nuevo aviso. KY es gratis pero el contenido no es barato :)
Hoy fue mi día escapológico, ví a dos amigas, hablamos, nos lavamos mutuamente nuestros trapos y salimos rejuvenecidas, esto es lo que pasa en las reuniones de mujeres, nosotras también vamos cambiando al mundo, pero desde los eslabones más básicos, concretos, y alcanzables: cada una de nosotras.
Hay una estación de metro en mi restirador.
Nunca pensé que haría esto, pero últimamente me da por rezar antes de comenzar cualquier cuadro, pido que mi trazo sea certero y conmovedor, armonía en mi elección de colores, coherencia y consistencia con esa meta lejana de la que no aparto la vista, alegría en la ejecución, honestidad para saber cuando la regué y seso para poder distinguir si la metida de pata tiene arreglo. Lo peor que puede pasar es que vuelva a empezar.