Una de las perras rabiosas de hambre, una cachorrita, aceptó los ojos que Lux le ofreció sin comérselos. Ahora es la mascota de la regalaojos. Tinta sobre papel.
Lux, la regalaojos
Lux vive en un mundo donde casi todos nacen sin ojos. Un encuentro fortuito la llevará a ver.
La mayoría ciega
El ciego fuente de ojos nunca quiso ver. Tampoco el grueso de las tortugas desnudas. Sobraron ojos en esta parte del mundo donde la mayoría nace sin ellos.Tinta sobre papel.
Para que deseen ver
Lux provoca el deseo en los sin-ojos desnudándose y mostrando los ojos sobre su cuerpo a manera de bandeja. Algunos sucumben a la tentación de ver y llenan sus vacías cuencas oculares.Tinta sobre papel.
Interludio
Una tortuga desnuda y una mujer que decidieron aceptar los ojos se reúnen a tomar un tecito. Los dos están de acuerdo en que ver no es para todos. Grafito sobre papel.
Mal tercio
Lux está muy triste. Su proyecto de llevar ojos a su parte del mundo no está teniendo el éxito que ella pensaba. Sube al lomo de una tortuga sin darse cuenta de que no la dejará intimar con su compañero. Tinta sobre papel.
Visión rechazada
Una buena amiga de Lux pondera las ventajas y desventajas de ver. Tras una larga deliberación, se decide en contra. No revela sus razones, pero la culpa le hace prometer a Lux que la ayudará a lograr que más sin-ojos deseen ver. Tinta sobre papel.
Las ciegas rabiosas
Se ha corrido la voz de la mujer que anda por ahí repartiendo globos oculares en una bandeja de plata. Hay quienes desean los ojos no para ver, sino para tener algo que llevarse a la boca. Lux ya huele a ojos,y de una manera que les es irresistible a una manada de hambrientas perras negras callejeras. Tinta y grafito sobre paper.
Nuevo novio
Lux encuentra a alguien que podría ser su pareja ideal: un hombre que no vive en su cabeza sino entre su corazón y las tripas.Grafito sobre papel.
Padre que regresa
Una dama que aceptó los ojos ofrendados por Lux espera al padre de su hijo. Ahora que puede verlo regresar, se da cuenta de que es un fiero dragón rojo. Acuarela y grafito sobre papel.
Los enterradores
Lux entrega pares de globos oculares a los enterradores de blancas túnicas. Siendo un pueblo extremadamente cortés, los aceptan. Pero cuando Lux se marcha hacen lo que mejor saben: enterrarlos en la tierra húmeda. Por alguna razón, ver es algo que no les interesa. Tinta sobre papel.
Ofrenda
Lux toma más globos oculares de las entrañas del ciego maravilloso. Emprende un viaje a lomos de una tortuga desnuda para ofrendarlos a los sin-ojos que viven al otro lado del mar. Grafito y tinta sobre papel.
Los ojos del marido
Una Lux despechada les muestra a sus amigos, -aunque la mayoría no puede verlos- los ojos que alguna vez obsequió a su marido y que ahora reclamó de vuelta. Lux trata de no amargarse. Decide darle los ojos a alguien que mejor los merezca. Grafito sobre papel.
En esa tierra en la que pocos nacen con ojos, existe una amplísima planicie donde pacen sin prisas las tortugas desnudas. Hubo un tiempo en el que circularon por el mundo de la gente. En aquel momento tenían caparazón, pero una mala negociación las llevó a perderlo.Grafito sobre papel.
El Infiel
De las primeras cosas que Lux hace al tener una fuente de globos oculares, es obsequiarle un par a su compañero. Desgraciadamente para ella, él pierde el control al poder ver y le es infiel en repetidas veces. Grafito sobre papel.
El ciego sagrado
Lux es una ciega más en un mundo en el que pocos tienen el don de la visión. Un día tropieza con otro ciego en cuyo interior se gestan ojos. Ávida, se lleva un par. Tinta sobre papel.