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Lo que debió ser, lo que es, y lo que será

Un poco de lo que he hecho durante el confinamiento, esperanzas y planes para seguir con el vuelo de aquello que ya no existe.

Diana Martín
Newsletter Octubre 2020

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Queridísimos y queridísimas todas;
En un año normal, un año usual de esos en los que una más o menos puede avisorar el futuro, hacer proyecciones de lo que viene y bajar a la realidad aquello que nos habita la cabeza, este correo llevaría a todos ustedes la gozosa noticia de mi siguiente exposición/cata de obra, estarían enterándose de en qué sede tendría lugar, a qué hora, y entonces empezaría a cocinarse esa deliciosa anticipación que siempre, a pesar de los años, ha tenido la facultad de ponerme tan emocionada como nerviosa. 
Empezaría también mi visita en persona a muchos y muchas de ustedes para entregarles en mano su invitación impresa, para saludarles y darles un abrazo. 

Pero es 2020, nada de este año ha sido típico o predecible y debido a la situación que tiene al mundo conteniendo la respiración, este año no podré celebrar esa fiesta que son mis eventos anuales como en casi todos los años de mi carrera.

Estos meses me han encontrado concentrada. La naturaleza de mi trabajo exige una soledad y confinamiento naturales que sólo se han exacerbado por los actuales eventos. Estoy enfocada en aquello que debió ver la luz este año, he estado maquinando, a veces en esperanza y otras en ansiedad, a que el panorama se aclare y podamos vernos como antes. 

Con todo, este año sí pude exponer. En Enero y Febrero viajé a Japón, monté una muestra pop-up en Tokyo teniendo una cálida y generosa respuesta por parte del público nipón. Me encerré todo un día en mi hotel en Hakodate -afuera rugía una ventisca, la primera que he visto en mi vida- a dibujar piezas de formato pequeño que expuse junto con otros dibujos que llevé para tal propósito.

En Design Festa Gallery, Harajuku, Tokyo, 2020

Durante este viaje descubrí la belleza sobrecogedora del invierno, con su mundo desprovisto de colores, sus cielos como gigantescos espejos metálicos, la nieve recién caída, deslumbrante crujiendo bajo mis pies, el silencio absoluto donde puedes escuchar con total claridad los cautos gorjeos de las aves cuando se posan en las ramas más delicadas de un árbol, y además alcanzar a percibir cuando la nieve cae al suelo en un suspiro sutilísimo en medio de la luz prodigiosa de sus tempranos crepúsculos.

Nuestro barrio en Sapporo, Hokkaido

Fui testigo de un mundo que hizo eco con el que he venido dibujando desde hace años. Descubrí que sí existe, que puedo caminar por él.

Templo Risshaku, Yamadera

En 2021 planeo regresar con una exposición mayor, mejor planeada, ya con las lecciones que aprendí de esta.  Mis siguientes dos libros: el de Lord Diadema y su Dodó, y el nuevo de Serafina siguen en el horno. El primero verá la luz en 2021, del segundo, los dibujos de gran tamaño que lo formarán constituirán el cuerpo de mi siguiente exposición. Será una serie de obras de atmósferas muy trabajadas en las que busco reflejar el paisaje emocional, el mundo interior de Serafina, a veces tan repleto de silencio, el silencio de quien está conteniendo la respiración, un silencio vivo y espectante. En otros dibujos, su mutismo es como un vacío a la espera de ser llenado. A partir de Enero comenzaré de lleno a cerrar la serie de Lord Diadema y a continuar con este hilo de Serafina.

Serafina y sus picozapatos bebés

Quiero compartirles también que estos meses me han encontrado dibujando la comisión más importante de mi carrera: se trata de una paráfrasis de El Jardín de las Delicias de El Bosco en grafito y oro. Nunca estuve totalmente preparada para la magnitud de este proyecto que me ha llevado a romper mis límites, a tomar más confianza, a resolver compositiva y técnicamente como nunca en una técnica que según yo ya conocía a profundidad.

Fragmento de la paráfrasis del primer panel (Paraíso) de El jardín de las Delicias

He estudiado la obra original palmo a palmo para adaptarla, para comprender su orden oculto y poder introducir nuevos elementos, símbolos y retratos acorde a los deseos de mis queridas coleccionistas. Me hace muy feliz que este tríptico cada vez está más cerca de engalanar su sala, espero que lo vean todos los días y le descubran más y más detalles. Ha sido una labor de gran concentración y amor. 

Karaoke, fragmento del segundo panel (Purgatorio) de mi paráfrasis de El jardín de las Delicias

Y, por último, es también en este momento del año cuando lanzo el Programa de Coleccionistas, esta modalidad tan noble y flexible que ha operado desde hace años bajo la premisa de la confianza es la que me ha permitido seguir avanzando en mi carrera, lo que me habilita y cobija. Pueden adquirir obra original abonando desde mil quinientos pesos al mes, ya sea para una pieza que ya existe o ir acumulando saldo y tener prioridad de ver los dibujos terminados antes del siguiente evento y elegir el que más les agrade. Pueden unirse al Programa en el momento que ustedes decidan y apoyar el vuelo de las cosas que ya no existen.

Estoy en total disposición para responder cualquier duda o pregunta que tengan con respecto al Programa. Pueden mandarme un correo o contactarme a través de mis redes sociales. Constantemente ando por ahí, y por acá, y casi siempre en mi mesa de trabajo. 

Les abrazo fuerte teniéndoles presentes más que nunca, esperando que estén bien guarecidos y guarecidas en estos tiempos raros e inciertos y que sus días sean largos y venturosos. 

Gracias por todos estos años.

Besos,
Diana Martín