“Pasa veinte años aquí y te preguntarás como es que hay tantos extraños con rostros familiares…será que las ciudades generan extraños continuamente…”
-Frederik Peeters en “Píldoras Azules”
Esta Feria Internacional del Libro pasada (sí, la del vigésimo quinto aniversario) me compré una novela gráfica a la que le traía ganas desde hace más de un año, su título es “Píldoras Azules” el autor es el suizo Frederik Peeters, la editorial que la publica en español es Atisberri. Así que si quieren hacerse de esta magnífica obra (a continuación intentaré explicarles porque sin echárselas a perder) esperen a la próxima edición de la FIL y enfilen derechito al stand de la editorial Sexto Piso donde encontrarán la mejor selección de novelas gráficas de toda la feria.
Píldoras Azules es una historia autobiográfica del mismo autor. Narra la historia de amor de Fred y Cati desde que se conocen -a Fred le gusta Cati desde el primer momento que la ve- hasta que la relación entre ellos por fin se da unos años más tarde, después de que ella se divorcia del padre de su hijito.
El marco de este amor es la ciudad de Ginebra, un personaje que apenas se distingue entre las viñetas pero cuya atmósfera nos transmite Peeters a través de un trazo sumamente expresivo, a veces austero, otras desgarrado por brochazos del pincel. Fred y Cati comienzan a salir en lo que parece ser un típico cortejo: idas al cine, citas de café, y finalmente una cena en casa donde ella le confiesa a Fred que es seropositiva y también su hijo. Fred experimenta todo un abanico de emociones pero le ruega a Cati que no se vaya. Desde esa noche se convierten en pareja, y todas las vivencias que se suceden componen el complejo sube y baja de esta trama en las que se encuentran hermosamente tejidas, sin sentimentalismo alguno la relación de Fred con el hijito de Cati, la manera como ambos abordan la sexualidad y el temor al contagio, las continuas visitas de control al médico y las crisis de salud, la relación con las familias de ambos, el crecimiento del amor y el respeto entre ambos basado en las pruebas que superan, el profundo respeto de Fred hacia Cati y viceversa, los debates internos de Fred y la jubilosa desaparición gradual de la compasión que él sentía por ella y su hijo.
Creo que esto es lo más que les puedo contar sin comenzar a escribir spoilers, no dejen de buscar y leer esta obra, que para mí resultó tan conmovedora como aquella otra obra maestra del genial Art Spiegelman: Maus.
[lang_es]Una buena amiga me dio un regalo hermoso: un set de plumillas con pluma de verdad incluida. [/lang_es][lang_en]A good friend of mine gave me a beautiful present: a set of pen nibs with feather incluided.[/lang_en]
[lang_es]Acabo de reacomodar todos mis triques en mi mesita de al lado de mi cama. Me gusta como quedó. Nada que ver con el caos anterior, a ver cuánto dura.[/lang_es][lang_en]I just tidied all my mi nighstand stuff, i like the way it looks. It has nothing to do with the previous chaos. I hope this lasts.[/lang_en]
[lang_es]Porque a veces de las comunes plumas bic salen cosas padres.[/lang_es][lang_en]Sometimes cool stuff sprouts out of your average ball point pen.[/lang_en]
“En otra dimensión, en un reino muy lejano existe una leyenda que habla de tres niñas, que llegarán y lograrán salvar a este mundo. Ellas despertarán a los genios, y con ayuda de sus poderes mágicos, lograrán vencer al enemigo.”
– Intro de Las Guerreras Mágicas
Pues sí, andábamos en los animes trágicos de la infancia la semana pasada, ya volveremos a ellos en poco tiempo (como si no sobraran las series que nos hicieron moquear invocando nuestros más profundos temores infantiles). Hoy me acordé de uno que me llevó a pensar que si por alguna razón yo diera con una puerta a otro mundo, muy a la Crónicas de Narnia, definitivamente no volvería a la querida y buena Tierra.
Lo pasaron por Caritele -¿Se acuerdan del dinosaurio tambachón y bobalicón ése? ¿El Carisaurio?- y llevaba el feo título: “Guerreras Mágicas”, el intro mostraba a tres mocosas de secundaria en un risco, viéndose absolutamente bellas, con sus enormes ojos acuosos y sus cabellos volando a sus espaldas, mientras una voz en off nos informaba que ellas eran las elegidas para salvar un mundo llamado Céfiro. El resto de la secuencia de apertura mostraba a las chicas portando sendas espadas y lanzando terribles hechizos enfundadas en sus uniformes escolares sobre los cuales lucían piezas random de armadura.
La serie me gustó tanto que constituyó mi entrada a informarme sobre las autoras de la historia: el cuarteto de mangakas conocidas como CLAMP, y cuando viajé a Japón me subí a la Torre de Tokio con el ñoñazo wishful thinking de que tal vez sería convocada a otro mundo, tal como les pasó a las chavas de la historia. Pero pues no, nadie me invocó y lo que me traje de la bendita torre de cristales empañados fue un llavero que aún cuelga de mi mochila.
La historia de estas guerreras-en-contra-de-su-voluntad comienza una mañana en la que visitan la Torre en un viaje de campo de sus respectivas escuelas, las protagonistas no se conocen hasta ese día, no tienen idea de lo que se les viene encima, y menos de lo marcadas que las dejará la experiencia que vivirán. Lucy, Marina y Anaís (Hikaru, Umi y Fuu en el manga) escuchan, en medio de un fogonazo de luz cegadora, una voz de mujer que pide ayuda y las llama a salvar a Céfiro, acto seguido el suelo desaparece bajo sus elegidos pies y se desploman en caída libre hasta que las recoge en pleno vuelo un pez volador gigante.
Las chicas no tienen ni la más remota idea de dónde están y mientras intentan descubrir lo que ocurrió se presentan entre ellas, aquí sucede que Anaís y Marina no le creen a Lucy que tenga la misma edad que ellas -14 años- y le dicen desvergonzadamente que parece niña de sexto de primaria. A lo largo de la serie comprobaremos que si bien Lucy no es por mucho la más brillante de las tres, -ese título se lo lleva Anaís, quien tiene en su cerebro su mejor arma- sí es la más valerosa y también la más ingenua. En eso se les aparece Guru Cleff, un sujeto chaparro de casi 800 años quien les explica que Céfiro es un mundo cuyo equilibrio descansa sobre la voluntad de una sola persona que consagra toda su existencia a orar por la paz de este mundo. El Pilar, quien es nada menos y nada más que la chica que las invocó en la torre, se encuentra actualmente prisionera por el malvado sacerdote Zagato. Como resultado de semejante desequilibrio, Céfiro está poblándose de monstruos y seres malvados producto de las mentes aterrorizadas de sus habitantes. El Pilar, conocido como La Princesa Esmeralda, las eligió para llevar a cabo la excelsa misión de liberarla.
Toda la perorata de Guru Cleff tiene a Marina sin cuidado, ella sólo quiere regresar a Tokio, le importan un carajo las cuitas de un mundo ajeno y sinceramente le angustia estar en un lugar donde no hay Häagen-Dazs, además tiene un torneo de esgrima en puerta, Anaís se preocupa por las tareas que debe entregar pronto y porque quedará mal con su equipo de trabajo. La única que se apunta irreflexivamente en la misión es Lucy, quien le dice a Guru Cleff que salvará a Céfiro y restaurará la paz. ¿Cómo es que las otras dos también le entran a semejante encargo? Pues no les queda de otra cuando Cleff les informa que no podrán volver a su mundo hasta que hallan salvado a ese mundo. Así es como las tres pubertas despiertan sus poderes mágicos y reciben armaduras gracias a las artes de este hombrecillo, quien resulta ser un poderoso hechicero.
Aquí voy a empezar a decir una tremenda cantidad de spoilers, así que si no quieren que les eche a perder la serie no sigan leyendo.
Lucy, Marina y Anaís viven su aventura de menos a más, lo que quiero decir es que todo empieza como una luminosa-tenebrosa aventura tipo juego de rol en la que deben buscar el mineral para construir sus armas, cuentan con una bola saltarina de orejas largas llamada Mokona como guía, deben despertar cada una su respectivo genio (seres de inmenso poder y tamaño fabuloso que yacen dormidos en ocultos santuarios) y poco a poco va develándose el verdadero sentido del cautiverio de Esmeralda: ella sufre de un amor prohibido por su guardián, el sumo sacerdote Zagato, quien también la ama y no está dispuesto a dejar que ella sacrifique su vida por un mundo que bien podría valerse por sí mismo. El trágico propósito de las Guerreras Mágicas en la historia de Céfiro es nada menos y nada más que el de la destrucción del pilar que por cualquiera que sea la razón, ha sufrido una irregularidad que le impide cumplir su función. Esto lo descubren nuestras heroínas cuando al final, curtidas por las batallas y convertidas en amigas destruyen a Zagato sólo para descubrir que su verdadero enemigo es una mujer furiosa por el asesinato de su amante.
Al principio de la terrible batalla final, ninguna de ellas desea herir a la Princesa, pero se muestra como una rival tan terrible que no les queda más remedio que concederle el único deseo egoísta de su vida: reunirla con su amado.
Las chicas han de regresar a Tokio con sus corazones llenos de remordimientos. De esta traumática experiencia nace del corazón atormentado de Lucy una sombra que volverá a torturarla en la segunda temporada de la serie, en la que las tres muchachas regresarán a un Céfiro casi destruido por la ausencia de un Pilar y además amenazado por la invasión de tres planetas vecinos. En la segunda vuelta las tres amigas han de revisar sus verdaderos motivos para pelear, y sanar con ello sus heridas. Las tres tienen sus roces con el amor, el autosacrificio y el cumplimiento de promesas formuladas en el núcleo de su forzada hermandad.
Cuando miré la serie hace muchos años admiré todos los aspectos visuales, Lucy, Marina y Anaís están diseñadas de acuerdo al rol que tomarán de acuerdo a sus poderes y el elemento que representan. El poder de Lucy es el fuego, su cabello pareciera estar en llamas, su uniforme es rojo y su armadura también, su temperamento es explosivo y cálido a la vez, sus poderes mágicos son de ataque. Anaís maneja el viento, su cabello corto luce ondas como remolinos de aire, su uniforme es verde, sugiriendo la frescura de la brisa, su armadura luce el mismo tono, sus poderes mágicos son un balance de defensa y ataque. Además es la más racional de las tres, es una intelectual cuyos procesos mentales recuerdan la sutileza y la velocidad del viento. Y tenemos a Marina, su elemento es el agua, sus ojos son zarcos, su cabello azul es largo, fluye como el agua con sus movimientos, su uniforme y armadura lucen del color del océano. Sus poderes son sobre todo de ataque. El carácter de Marina es acomodaticio cuando no le queda más remedio, en eso se parece al agua, que toma la forma del envase que la contiene. De las tres guerreras, es la que más evoluciona, pasa de ser la hija única mimada de una familia rica a aprender a mirar a los demás y descubre dentro de ella una inagotable fuente de compasión.
La historia tiene un final muy distinto en el manga del que tiene en el anime. Además hay un OVA (Original Video Animation) que dura 90 minutos y cuenta una historia completamente diferente con los mismos personajes, véanla si pueden, luego de que le echen un ojo a la serie, que tiene sólo 49 episodios.
Esta fue la serie que le habló a mi faceta escapista de la realidad en mi adolescencia, ahora no sé qué haría si me invocaran a otro mundo.
“Variability is one of the virtues of a woman. It avoids the crude requirement of polygamy. So long as you have one good wife you are sure to have a spiritual harem.”
-G.K. Chesterton
Me pregunto si cuando Hendrickje Stoffels llegó a trabajar de sirvienta a la casa de Rembrandt Van Rijn se imaginó que se convertiría en la amante del pintor viudo que le llevaba más de 20 años.
No sé cómo empezó la relación entre estos dos, pero estoy bien segura que la chica de veinte años no pudo dejar de conmoverse con la obra del maestro y cuando despertó del ensueño ya estaba enamorada del hombre que la inmortalizaría en varias de sus obras, en algunas la retrató como ella misma, en otras la usó como modelo.
Esta es otra de mis pinturas favoritas de todos los tiempos, en ella puedo presentir el deseo que le despertaba la mujer que llegó un buen día a trabajar en su casa sin saber que también aliviaría su soledad y le proveería un remanso espiritual. Miramos a Hendrickje desde el punto de vista de Rembrandt, con los ojos del hombre que ya la había poseído, la observa en medio de esta atmósfera de calmo erotismo, la chica se levanta los faldones de la camisa con una dulce sonrisa en los labios, el claroscuro no nos decepciona, sigue como un velo guardando el misterio.
No nos atrevemos a asegurarlo, pero tenemos una fuerte corazonada aquí en la redacción de que Hendrickje también posó para esta obra:
Rembrandt nunca se casó con Hendrickje, hacerlo lo hubiera privado de la herencia de su fallecida esposa Saskia van Uylenburg, con la que a duras penas aliviaba sus considerables deudas. Cuando en 1654, la criada convertida en amante resultó embarazada, tuvo que comparecer ante el consejo de la Iglesia por “vivir en el pecado” con el pintor. Las palabras con las que Hendrickje respondió a los cargos nos han hecho admirarla y también nos hacen ver que en ella había más facetas que la de la sensual y trémula modelo del artista: “Admito que he cometido los actos de una prostituta con Rembrandt, el pintor”.
Hendrickje tuvo a su hija Cornelia en Octubre de 1654, y cuando el Gremio de pintores de San Lucas le prohibió al maestro vender sus pinturas, ella y Titus (hijo de Rembrandt con su fallecida esposa) se asociaron y comenzaron a reunir las pinturas del maestro.
Hendrickje murió en 1663 cuando la plaga azotó Amsterdam. Rembrandt la siguió seis años después.
….so he did. He was a little lizard that lived in my flat. One Sunday morning i noticed it making a mad dash from my bathroom to my kitchen, its long tail swinging around. I was amazed and delighted because i had not seen one in a long time. I managed to tenderly grab it and watched carefully at his marvelous details. Then i released him, thinking i would hardly see it again.
I saw him once more in the living room and the next time i saw him he was dead. His tiny corpse all dried and shriveled. His eyes sunken and his skin stuck to his fragile, hair thin ribs. I buried him under one of my plants. I still wonder why he died.
This is the second Bill i bury, the first one being my beloved schnauzer.
[lang_es]Este marrano tiene mucha flojera de llegar a su destino. Por fortuna su amigo pájaro tiene la fuerza y las ganas para llevarlo a donde sea que lo estén esperando. Es un boceto que he dejado momentáneamente a medias en placa de zinc. [/lang_es][lang_en]This hog is too lazy to get to his destination. Fortunately his brid friend has the strenght and the drive to take him whenever he is expected. This is a draft i have left temporarily unfinished on a zinc plate. [/lang_en]
“I´d kiss a frog even if there was no promise of a Prince Charming popping out. I love frogs.”
– Cameron Díaz
Seguimos con nuestra racha melancólica en el Callejón, esta vez el post está dedicado a otra magna obra trágica de los Estudios Tatsunoko -esta gente se propuso dejar a toda una generación traumada…Omedetou! lo lograron. La serie que recordé en esta ocasión es nada menos y nada más que La Ranita Demetán, serie producida en los setentas que llegó a nuestro país más de diez años después.
Demetán es un chico rana que habita el cristalino estanque Arcoriris. A diferencia de José Miel, él si tiene la fortuna de tener a sus papás, con quienes vive en un árbol. La tragedia de su vida consiste en que es paupérrimo y a sus padres no les alcanza para mandarlo a la escuela. El resultado es que Demetán es una especie de Nini, anda de vago por ahí tristeando y tocando su flautita. Se hace amigo de una ranita llamada Adelina quien es la hija del Gran Giotto, el ricachón del estanque. Ambos se la viven disfrutando de una amistad que luego se convierte en amor para el gran horror del padre de la chica, quien no puede imaginar a su querida niña emparejada con un pelagatos sin futuro.
El resultado es que el abusivo suegro de Demetány sus secuaces le hacen la vida de cuadritos, y a la lista de infortunios en la desigual vida del estanque (el fuerte se aprovecha del débil, hay injusticia y maltrato, las ilusiones no permanecen) se suma la crueldad de los animales que llegan a alimentarse de los batracios que lo habitan: los halcones y el pez gato son algunos de ellos. Recuerdo un capítulo en el que una tortuga moribunda le entrega sus huevos a Demetán para que los cuide, él acepta pero los huevitos son devorados por un animal, Demetán se apresura a rescatarlos pero el único que logra recuperar era una pelota de golf.
¿Cómo no llorar con esto?
A Demetán su pobreza nunca pareció haberle importado hasta que constituyó un obstáculo para su amor. Sufre al no sentirse digno de Adelina. Entonces un día se harta de autocompadecerse y sentir lástima de sí mismo, se arma de valor y defiende a los habitantes de su estanque de múltiples peligros, muchas veces salvando la vida ahora sí que por un pelo de rana calva. El resto de los habitantes del estanque se le unen, conmovidos por su esfuerzo.
Al final, al Gran Giotto se le ablanda un poco su corazón y acepta como yerno al pequeño batracio. El karma le paga a Demetán con una novia preciosa y quién sabe, tal vez haga del estanque Arcoiris un mejor lugar para vivir.
Les dejo el intro en español latino, feliz viaje por los recuerdos.
“His labor is a chant, His idleness a tune; Oh, for a bee’s experience Of clovers and of noon!” – Del poema “La Abeja” de Emily Dickinson
En el Callejón andamos como muy melancólicas y recordando series de televisión de la infancia. En particular aquellas que nos estrujaron de angustia nuestros tiernitos corazoncitos nueveañeros. Este sábado barría mi casa y me encontré el cadáver reseco de una lagartija a quien incluso bautizé como Bill. Los ojos se me pusieron todos aguados, ya saben, tipo Remi (en otro post hablaremos de ese pobre niño) y me acordé, quién sabe porqué, del desventurado de José Miel.
José Miel fué una serie de anime producida por los Estudios Tatsunoko (gran y excelsa fábrica de tragedias animadas) en los años setenta, llegó a México en los ochenta, se nos metió hasta el tuétano a quienes tuvimos la desgraciada fortuna de verla. Años más tarde, en mi adolescencia otaku, me sorprendí muchísimo cuando supe que el diseñador de los personajes de la serie fué mi ilustrador vivo favorito: Yoshitaka Amano.
La ruta del chico Miel hacia las profundidades de la desesperación comienzan cuando unas malditas avispas destrozan su panal y él se cría con unas abejas silvestres. José crece separado de su madre, -quien era la reina de la colmena- hasta que un malhadado día descubre que es un príncipe y que desea ir a buscar a su madre (hubiera sido más feliz como pelagatos pero bueno, la casta lo llamó por su nombre).
Aquí da su inicio el rosario de desventuras del pobre insecto, quien deberá soportar palizas, frustraciones, ser testigo de las muertes dolorosas de sus amigos, (recuerdo que cuando niña deseaba nunca ser amiga de alguien como José Miel, su amistad era como el beso de la muerte) quienes a cada capítulo entregan su vida para que él continúe con su búsqueda. Y cuando planean el rescate de su madre, José forma un verdadero ejército con sus amigos, los cuales están dispuestos (como siempre) a morir con tal de verlo reunido por fin con ella. Entre los capítulos más espeluznantes de la serie recuerdo un0 en el que salía una terrorífica lámpara mata-insectos, y -oh, mi dios- aquel en el que José se hace amigo de una cigarra que está ya en las últimas y no puede defenderla cuando llegan otros insectos a devorarla. José recibe una paliza y está en el suelo bañado en lágrimas mientras descuartizan viva a su amiga.
Lo peor de todo es que cuando por fin se reúne con su madre, tras una batalla épica con las avispas, ella muere luego de revelarle que tiene una hermanita y que debe llevarla al Valle de las Flores donde establecerán una nueva colmena. Y así continúa la segunda parte de la serie, igual de lacrimosa y desesperante aunque ahora José no viaja solo, sino en compañía de su hermana y de un individuo llamado Catarino quien busca a su papá (¿Todos eran huérfanos o qué?)
Al final de tanta desventura salpicada con algunos buenos momentos, José Miel & Co. llegan al mentado Valle de las Flores donde el karma por fin les paga con felicidad por el resto de sus cortísimas existencias (los insectos viven muy poco).
Aquí les dejo el intro de la serie, salpicado de algunos buenos momentos. Enjoy!
Hoy es 5 de noviembre. Los que vimos la película y además leímos la novela gráfica “V for Vendetta” sabemos que hoy es el mero día de Guy Fawkes. El día en el que el héroe loco revolucionario conocido como “V”, inflamado por su ideal de sacudir a Inglaterra del marasmo de su conformismo y sometimiento voló el Parlamento Inglés en pedacitos. En el filme y en el cómic, por lo menos.
¿Pero quién diablos fué el personaje que inspiró esta magnífica trama de Alan Moore? En la redacción del callejón estamos harto informados:
Guy Fawkes fue el más famoso de los conspiradores que formó parte en la “Conspiración de la Pólvora” en 1605, un intento fallido de volar el Parlamento y al rey Jaime I. Fawkes y sus compañeros eran Católicos Romanos que decidieron tomar medidas drásticas para reemplazar al rey protestante.
La conspiración fue urdida en la primavera de 1604 por Robert Catesby, y eventualmente evolucionó hasta ser un plan de destruir el Parlamento el 5 de noviembre de 1605, la fecha de un evento en el que estarían juntos todos los miembros de las cámaras y el rey. Fawkes tomó parte junto con otra docena de confabuladores, con él siendo el encargado de los explosivos (Durante los años de la década de 1590 sirvió en el ejército español en Holanda, y se cree que tenía experiencia en municiones) Fawkes y sus correligionarios acumularon 36 barriles -casi dos toneladas- de pólvora, en un cobertizo rentado bajo la Cámara de los Lores. Una búsqueda gubernamental en dicho lugar en la noche del 4 de noviembre descubrió los explosivos y al mismo Fawkes, quien fué arrestado y torturado. En pocos días el resto de los conspiradores fueron asesinados o capturados. El 31 de enero fué ejecutado después de haber sido juzgado y condenado por alta traición.
Como el complot fue frustrado, se designó día feriado al 5 de noviembre, pero con el tiempo la fecha se convirtió en una celebración del revolucionario y subversivo intento de Fawkes. Las tradiciones inglesas de la Noche de Guy Fawkes incluyen hogueras, fuegos artificiales y la quema de efigies conocidas como “guys”.
Les dejo uno de los versos tradicionales más representativos de esta fecha, seguro conocerán la primera línea:
Remember, remember the Fifth of November, The Gunpowder Treason and Plot, I know of no reason Why the Gunpowder Treason Should ever be forgot. Guy Fawkes, Guy Fawkes, t’was his intent To blow up the King and Parli’ment. Three-score barrels of powder below To prove old England’s overthrow; By God’s providence he was catch’d (or by God’s mercy*) With a dark lantern and burning match. Holla boys, Holla boys, let the bells ring. Holloa boys, holloa boys, God save the King! And what should we do with him? Burn him!
“The Moon has set. And the Pleiades. Midnight. I lie in bed alone.”
– Safo
Hoy en el callejón les comparto una pintura que recién conocí hace un par de días. Representa a la poetisa griega Safo de una manera tan idealizada e imponente que me hizo pensar que ojalá me pareciera un poquito a ella.
La imagen que conseguí es pequeña, la que yo ví en mi libro nuevo es un poco más grande. Pero las grandes obras tienen su manera de atraparnos aunque sea desde una foto o un sitio web. A lo largo de mis años he visto otras hermosas representaciones de esta moradora de la isla de Lesbos. Como esta, en la que se representa el momento en el que, según la leyenda, Safo se suicidó lanzándose desde la roca de Leúcade a causa de un amor no correspondido.
La atmósfera de ambas obras es sombría, todo lo contrario de la obra de la poetisa quien le escribió al amor y a la pasión, y que está considerada entre los Nueve Poetas Líricos griegos. La mayor parte de su obra, que era bien conocida y admirada en la antigüedad se ha perdido, pero su inmensa reputación ha sobrevivido en los fragmentos que quedaron. Incluso, en un epigrama atribuido a Platón, se la llama la Décima Musa:
Algunos dicen que las Musas son nueve, ¡Qué negligentes!
“Most people want security in this world, not liberty”
-H.L. Mencken
Tengo poco de haber terminado de leer un cuento maravilloso, se llama: “Caperucita en Manhattan”, la autora es la española Carmen Martín Gaite.
Es un libro de esos que están escritos para niños, aunque sus letras nos hablen poderosamente a los adultos. O a los niños que viven dentro de nosotros. La historia habla de una pequeña de 10 años llamada Sara Allen quien vive en Brooklyn y siente una extraña una fascinación por la isla de Manhattan.
Sara ama los libros, es una niña que posee la doble bendición-maldición de una viva inteligencia y una penetrante sensibilidad. Adora y se siente identificada con su abuela, una ex-cantante de Music Hall que vive con su gato en la añorada isla. Rebecca Little, que es como se llama la señora, es una mujer que siempre ha vivido a su aire, ha hecho en su vida lo que le ha venido en gana e incluso ha cometido la desfachatez de haber tenido varios maridos. Forma un vivo contraste con su hija Vivian, la madre de Sara. Vivian vive eternamente preocupada, aprisionada por sus miedos e inseguridades, perennemente extrañada -y medio aterrorizada- de su singular hija. En su gris existencia uno de sus únicos placeres consiste en preparar una exquisita tarta de fresas que cada semana le lleva a su madre en un canasto, es entonces cuando Sara se interna junto con su madre en las profundidades del metro rumbo a casa de Gloria Starr, que era el nombre artístico de su abuela.
El espíritu indomable de Sara se va desvelando poco a poco en las páginas de este relato. Cuando sus padres deben viajar a un funeral y la encargan a los vecinos, ella decide ir a Manhattan sola, y es ahí donde al borde mismo de la pubertad comienza a vivir su propia vida, conociendo el poder de sus decisiones, y donde conoce a una mágica, sabia, e insondable anciana indigente conocida como Miss Lunatic quien guarda un inquietante parecido con cierta estatua coronada que vigila la ciudad de Nueva York.
Ya no les contaré más o todo este post será un deplorable spoiler de la mejor historia que he leído en el año, Caperucita en Manhattan es un canto a la libertad y a no dejarnos ahogar por el miedo de abrazar la vida como la queremos.
¿Quién dijo que las feministas eran todas unas marimachos, rudas, angulosas, eternamente enojadas, llenas de resentimiento contra el género masculino? Sí, algunas de ellas -de hecho un buen- lo son, pero otras hemos entendido el feminismo como una forma de autorespeto por nosotras y por nuestra lucha como todo ser humano de conquistar soberanía sobre nuestras propias vidas. Todo ello sin perder la clase y el estilo.
Al respecto del tema, tengo un maravilloso calendario que me regaló mi hermano, se llama “The B Word” y a lo largo de este 2011 me ha hecho reír y también reflexionar. Lo publica la editorial Sellers. Pueden ordenar el del año que entra por internet. Se los recomiendo ampliamente. Aquí les comparto algunas viñetas:
Estas damas pueden parecen imposiblemente mamonas, por no decir perras del mal, pero creo que a muchas mujeres les hace falta sacar esa faceta afilada de su personalidad y luchar por su propia valía. Me parece que el mensaje de este calendario va mucho más allá que provocar la ocasional carcajada.
Una mujer asertiva y que sabe lo que quiere aún es, desgraciadamente, en muchos niveles, considerada una bitch.
Me llevo bastante bien con mi propio género, tengo la fortuna de conocer muchos mujerones, algunas actúan como alfombras aunque es evidente su potencial de diosas.
“The power of love is a curious thing: makes one man weep, and another man sing”
– “The Power of Love” canción de Huey Lewis and the News
Una nunca sabe cuándo puedes estar expuesto a su fuerza. Lo cierto es que está por todas partes. La gente sigue creyendo en él, lo comprobé hace unas semanas.
Me invitaron a ser parte de una conspiración: un hombre quería proponerle matrimonio a su novia, es una historia que ha venido repitiéndose hasta la saciedad en la historia de la humanidad. Debiera dar hueva -de hecho sí me dió- pero el asunto tenía medio muertos de nervios a los involucrados. Oculté mi pereza lo mejor que pude, tratando de interesarme en los tejemanejes que el novio había tramado con ayuda de sus aliados en lo que sería su día D.
El evento tuvo lugar en un centro comercial. Un sitio cuyo redondo vestíbulo alberga a uno de esos cafés omnipresentes de la sirenita. La novia acudió llena de preocupación por la amiga que se inventó una tremenda desgracia que debía compartir para aliviar su atribulado corazón. El resto de los conspiradores estábamos ocultos tras los elevadores. Otra de las amigas del novio, una chica con espíritu de coordinadora de eventos, se las arregló para programar en el sonido de la plaza una de las canciones preferidas de la novia. A mí me tocó sostener una hoja de papel con un fragmento de esta frase:
“I have loved you from the first time i saw you, and i want to make you happy always.”
O algo así. Cursilísimo.
En lo que varios extraños hechizados por la fuerza del plan maestro -y las artes de convencimiento de la amiga del novio- se acercaron a la novia para entregarle flores, nosotros nos formamos en fila india con nuestros papeles, listos a la señal para entrar, que sería cuando comenzara la canción. Una pieza de Regina Spektor.
Y lo hicimos. Ahí empezó lo bueno. La cosa ya tenía un tinte extraño porque estos dos enamorados ya sabían que se casarían, tienen hasta reservado el salón de su recepción y muchos detalles de su boda arreglados, incluso la fecha. El chavo sabía que la chica le diría que sí. Desde un rincón de mi mente, una vocecilla me decía que si no existía la posibilidad que al novio lo mandaran al cuerno entonces la cosa perdía gran parte de su chiste.
Pues no fue así.
Desfilamos ante la atónita novia que nos miraba entre sorprendida e incrédula. En la mesa aprecié el manojo de flores moradas salpicadas de blanco junto al vasito de café. El resto de la gente del local comenzó a volver las miradas hacia nosotros: los conspiradores. El novio entró en escena, portando una elegante bolsita negra de papel con asa. El momento arquetípico sucedió entonces: un hombre arrodillado ante una mujer, pidiéndole que pase el resto de su vida con él.
La gente que estaba en la plaza se arremolinó al borde de los barandales mirando hacia abajo, hacia el momento que se desplegaba frente a ellos: la novia temblando de emoción y con las mejillas húmedas, el novio con lágrimas contenidas en los ojos. Las personas que caminaban alrededor del borde del café se quedaron inmóviles, atestiguando el momento, fue como si el tiempo se hubiera parado en el instante que ella se tomó para aceptar el anillo que él le ofrecía. Cuando movió la cabeza asitiendo, la plaza entera estalló en aplausos.
Y yo, la que llegó arrastrando los pies llena de flojera, tuve la breve impresión de estar mirando su beso por debajo del agua.
“Yo poleo con la gente que es mala,no con la gente que es buena”
– Dios Eolo
En el anterior post subí una selección de algunas de mis obras favoritas de la pintura (y unas pocas de la fotografía) en las que fueron inmortalizadas varias personas en ese momento en el que estan entrados en el ritual del café y de las bebidas espirituosas. Todo ello me puso a pensar que yo misma dibujé una escena con ese mismo tema el año pasado:
En la redacción del Callejón somos tan bien portadas que tuvimos que buscar inspiración externa para rayonear este cuadrejo. Asistimos a borracheras veloces y enloquecidas, viajamos a las profundidades de los bares de la ciudad, hicimos torpedos (tours pedos), asistimos a amigos y amigas arrodillad@s frente a excusados, y claro,vimos videos de gente lamentablemente atrapada en las movedizas garras del alcoholismo. Como este:
[lang_es]Esta es la lagartija Bill. Parece que vivió en mi casa por unos días y luego se fué. Aquí la capturé sobre una de las ruedas de Babel.[/lang_es][lang_en]This is Bill, the lizard. It seems it lived in my house for a few days and then left. Here i captured it on one of Babel´s wheels.[/lang_en]
There are three women at the crossing: they look like symbols of three stages of a woman’s life. Saskia is in the middle and wonders which one of them she would like to resemble less. Watercolor and graphite on paper.
Saskia is send back to her world on top of a chimera and escorted by several inhabitants of the underworld. Now she knows the law. Maybe she’ll come back someday. Watercolor and graphite on paper.
Saskia is taken to an audience with the sovereign of the world-under-the-world. Her octopus lawyer speaks in her behalf, pleading for her on the basis of her short age and ignorance of the law. Saskia is terrified. In the end, humbled, she bows her head and apologizes. Watercolor and graphite on paper.
Saskia commits a very serious offense in the underworld: she sits on one of its honorable inhabitants. Her absentmindedness has brought her a huge problem. Watercolor and graphite on paper.
Saskia waits for the train with her faithful butterfly on her hand. The thrill of the new adventure won’t let her see that she is in danger. Watercolor and graphite on paper.
Saskia goes out and believes it must not be that hard to find her way on the subway. It doesn’t strike her as weird that a huge fish slides out from the depths of the tunnel. Watercolor and graphite on paper.
[lang_es]Es raro pero ocurre. En este caso, los rayones previos a la ejecución en la placa de zinc son mucho mejores. Los bocetos tienen el encanto de desvelar parcialmente un misterio.[/lang_es][lang_en]It´s strange but it happens. In this case, the sketching prior to executing on a zinc plate are much better. Drafts have the charm of a partially unveiled mystery.[/lang_en]
“Drinking liquor, I change to quiet another person. And then, this other person also wants a little bit of liquor.”
-Herschel von Ostropol, circa 1750
La bendita frase nos ha llevado a buscar imágenes de ese momento en el que uno, -solo o acompañado- se lleva a los labios alguna bebida que nos altera la percepción de la realidad. El ritual del alcohol y la cafeína mantiene vivas y bien aceitadas -aunque a veces quizás no tan sanas- muchas relaciones. Este momento en el que comienza el viaje hacia las confidencias y la relajación ha sido capturado por muchos artistas. Aquí en el callejón hemos hecho acopio de algunas para su beneplácito. Corran por su café o su bebida espirituosa y disfruten.
¿Habrán plantado a la chica del abrigo verde? Su rostro luce ensombrecido por algo más serio que el ala de su sombrero amarillo. Quizá lee su suerte en los pozos del café.
Es como si a esta musa de Soyer se le hubieran acabado los cigarrillos. Por su expresión inferimos que bebió algo más fuerte que un café.
¡Bocetando con tinta y plumilla! Sin perder la elegancia claro está. Tras su copa de vino busca historias.
Mademoiselle Segatori prefirió cerveza.
Con el ajenjo mucha gente olvidó el frío por un ratito.
Esta chica está y no está. El ajenjo la volvió hacia adentro.
Me extraña que este par sólo haya pedido café.
Este señor va por buen camino. Tranquilamente.
¿Quién no puede dejar de identificarse con esta bella escena de Munch? ¿El grito fué antes o después?
[lang_es]Algo asustó a Mab en este dibujo porque ha decidido correr. Y con cuatro piernas se llega lejos.[/lang_es][lang_en]Something scared Mab in this drawing, she has decided to fee. And with four legs you can go far.[/lang_en]
“You know, if one paints someone’s portrait, one should not know him if possible.”
-Otto Dix
Hoy les comparto una de mis obras favoritas de la pintura, hecha por uno de mis artistas preferidos de todos los tiempos: el alemán Otto Dix.
Sylvia cuenta en su artículo de 1959: Memorias de Otto Dix que cuando el pintor la conoció en la calle tuvieron un intercambio que comenzó con él diciéndole:
-“¡Debo pintarte! ¡Simplemente debo hacerlo! Representas toda una época…
– Así que usted desea pintar mis ojos faltos de lustre, mis ampulosas orejas, mi larga nariz, mis labios delgados; quiere pintar mis manos largas, mis cortas piernas, mis grandes pies,- ¿cosas que pueden espantar a la gente y deleitar a nadie?
-Te has caracterizado a tí misma brillantemente, todo ello nos llevará a un retrato representativo de una época interesada no sólo en la belleza exterior de una mujer sino más bien en su condición sicológica.”
El retrato mide 120 por 88 cms, es una técnica mixta y se encuentra en el Museo Nacional de Arte Moderno de París, el Centro Georges Pompidou. Otra excusa para volver a París.
Este sábado por la nochecilla me dí una vueltita por el camellón de Chapultepec, a lo largo de tres de sus secciones se agolpa gente de toda clase y la nalgueadera es inevitable: sus librarios, artesanos y artistas plásticos atraen a los tapatíos ansiosos de sacudirse de la modorra familiar de fin de semana, o a aquellos que buscan un preámbulo entretenido para una larga noche. También hay música en vivo, los skatos patinan alegremente a lo largo de la avenida, las parejas se besuquean mientras los salpica la brisa húmeda que proviene del agua cochina de las grandes fuentes, los modernitos convierten la calle en su pasarela personal y los bicicleteros (algunos bastante hipsters) ruedan felices sobre el gastado pavimento.
Esa noche me topé con una adorable señora que teje. Teje y teje detrás de su mesa donde tiene infinidad de objetos de estambre. Me enamoré de dos hermosos gorritos. Ya los estrené ambos, hechos a mano por una doñita que bien podría ser mi tía abuela.
Todo esto me puso a pensar acerca de una de mis piezas favoritas de ropa de todos los tiempos: los sombreros. Son unos objetos bellos en realidad. Enmarcan el rostro, acentuándolo. Te hacen un enorme favor si tu pelo se rehúsa a acomodarse por la mañana, te protegen del inclemente creador-de-arrugas sol, y eso sin mencionar que te separan del resto de los mortales al caminar por las calles.
Pero alto, los sombreros, gorritos, boinas y demás adornos para la cabeza definitivamente no son para todos. Si resultas ser un pésimo lucidor (a) sólo terminarás gastanto sin sentido. Hay que ser lo más honestos a la hora de pretender comprar uno: a quienes nunca han tenido uno les aviso que se siente muy raro al principio, andas por ahí cayéndote de glamour pero con el cuello tieso de tortícolis. Toma tiempo habituarse pero vale la pena si te das cuenta de si el sombrero trabajó a tu favor. La gente se dá cuenta. La gente te dice. La gente te puede trollear a tus espaldas. Pero también tira flores. Y si el sombrero no te favoreció puedes regalármelo.
Yo tengo varios sombreros. Me encantan. Sé que me quedan bien. Creo que el hecho de que conozca poca gente que los sabe llevar se debe mas bien a que pocas amigas los usan. Anímense. Boten esas cosas horrendas que son las cachuchas (¡Guácala!), encasquétense un buen sombrero e ingresen a lo classy y sexy. El resto del guardarropa ya es elección libre.
Para una rica selección de sombreros visiten esas enormes tiendas departamentales que pululan por la ciudad, esa cuyo nombre comieza por L y termina con Iverpool tiene una sección nutrida y variada. Hay precios de todo. Igual sucede en esa tienda que tiene nombre de castillo de fierrro o algo así. Claro que pueden comenzar por el Camellón de Chapultepec y hacerse de una bella pieza tejida a mano.
¡Vistan a sus cabecitas con algo más que su pelo!
Una última anotación: los Juegos Panamericanos toman la ciudad desde el próximo viernes, el tianguis que les menciono será movido a Av. México durante las tres semanas que dura este evento. Ahí mero donde los domingos es el Trocadero.
[lang_es]Ayer estaba en la rayoneadera con mi súper finísima plumilla que hace líneas más delgadas que un cabello. En una de esas que la meto a limpiar al agua, al sacarla hice un movimiento un poquito menos delicado de lo normal y la quebré. Ya qué.[/lang_es][lang_en]Yesterday i was doodling happily with my extra super fine nib which makes lines thinner than a baby´s hair. At some point i dipped it in water to cleanse it, when i pulled it out i made a movement slightly harsher than i usually do and broke it. Have to get a new one.[/lang_en]
“If trained right, can be used to smash things. Enemy things.”
-Definición de “elefante” sacada del Urban Dictionary
En este anterior post les prometí que les mostraría en que quedó aquella placa que comencé en aguafuerte. Les recomiendo leerlo si es que al ver esta imagen creen que la hice en lápiz, pluma bic o canutero. No, la hice con toda la fuerza y la sutileza de una tina de ácido.
Me gustan mucho los elefantes. Su prodigiosa fuerza, su memoria, su conciencia de los lazos familiares, su ciega brutalidad al defenderse, sus hermosos bebés y la curva grácil de los colmillos de los machos. Me encanta que tienen cuatro rodillas, amo sus trompa con la que alcanzan todo y también se acarician, su barritar ensordecedor, su aire de seres legendarios, sacados de quién sabe cual periódo post-dinosáurico. Y por si fuera poco, son símbolo de buena suerte.
En el Callejón somos animal lovers, nomás nos falta hacernos vegetarianos.
Este viernes me topé con una amiga que volvía ebria a su casa al filo de las 7 am. Pasó la noche bebiendo alegremente a puerta cerrada con los dueños de un pub y luego asistió a una amiga que de repente regurgitó el contenido de su estómago en el honorable Water Closet del local. El Jägermeister puso a esta mujer muy comunicativa, nuestro intercambio tuvo lugar a través del Skype -Dios lo bendiga-, cuando aquí eran casi las 12 de la medianoche y en Tampere (este lugar está en Finlandia) casi las 8 am.
Nos conocemos desde hace poco más de 10 años. La nuestra es una de esas amistades que ha sobrevivido a base de una pobre dieta de mensajitos por email, toques en el facebook, retweets y así. La chateada del fin de semana fué la primera que hemos tenido en años.
Las dos dimos gracias al inglés por ser tan fácil; sabemos que cuando el chino reine rampante las cosas no serán tan sencillas. Nos preguntamos algunas generalidades acerca de cómo nos ha ido en la vida últimamente, recordamos a una fallecida amiga británica a la que jamás vimos en persona, nos dijimos nuestras edades y luego estuvimos de acuerdo en que ninguna de nosotras actúa como una respetable mujer de tres décadas.
Recordé las cuatro palabras que me sé en finlandés: Yksi, kaksi, kölme y kiitos. Las primeras tres las conozco porque así se llamaban algunos de los gansos de la bandada que sale en la novela clásica de Selma Lägerloj: “El Maravilloso Viaje de Nils Holgersson”. Significan: “Uno, dos, tres”.
-“ Wow ” – me dijo la chica de Tampere – “ con eso llegarás lejos en un bar “.
-“Kiitos” – le respondí. Eso es “Gracias” en finlandés.
Después hablamos acerca de estereotipos. Le pedí que me describiera cómo era el de la gente de su país. Por el mexicano ni le pregunté, sé que es harto conocido en aquellos helados confines del pequeño mundo primermundista.
Como respuesta me mandó un vínculo a un sitio de cómics que dibuja una chica danesa conocida como Humon.
Las tiras que dibuja Humon no sólo abordan las caracterísitcas de los habitantes de cada país del norte de Europa, en muchas otras ilustra con desparpajo e irreverencia situaciones políticas, del pasado histórico, se burla de las costumbres de sus vecinos, pone de relieve sus comportamientos absurdos, se ríe sin reparos de las costumbres gastronómicas, sociales y religiosas. Me he divertido mucho mirando sus monos. Y lo que es más: me he cultivado.
Algún día pisaré suelo finlandés ataviada de sarape y bajo un enorme sombrero. Cuando conozca a mi amiga me cercioraré de que no un traiga cuchillo oculto bajo la manga, detrás del Jäger. Habremos de tener #pedasincera bajo el círculo polar ártico.
[lang_es]Algunos de los cuadros de la serie de Saskia anduvieron por la ciudad un buen rato. Pero al igual que su protagonista, han vuelto a casa aunque ya tengan dueño. Subiré las imágenes pronto al álbum de la serie.[/lang_es][lang_en]Some of the pics from Saskia´s series wandered through the city for a long while. Like their leading lady, they have returned home even though they are owned. I will upload the images soon to the series album.[/lang_en]
Maybe this will be a dark post. Something surprising specially after the shiny character or the last one. I don´t care. This is a post about what´s eating me, my personal concerns and worries. Things that awake me in the middle of the night o drive me drowsy with tiredness at noon.
First: my parents. My father is an almost 60 year old with deep financial problems, a good hearted soul who somehow manages to bump into people who end up abusing him. He is too trusting and gives himself too easily. I don´t know why, but this neurosis of him has taken its toll on my mom, whose advice he never listens. In the verge of his sixtieth birthday, he has nothing certain, no safety net moneywise, no savings, no insurance, nada. If something were to happen, even the simplest of accidents (like a broken bone) they don´t have a fucking penny to sort it out. And he is so broken because of all of previous decisions. This is what they have led him to. It panics me to even think of him at old age. He is extremelly sensitive to any remark said to him on this subject, which makes matters worse. Recently i have found myself incredibly angry, frustrated, not no mention fucking furious at him for his innability to be supportive, he can´t be relied on, unlike so many fathers out there. I am an adult and can manage, but my mom, oh my. She has arthritis, and though the evolution of her sickness relatively well, she has problems with the movement of her hand. Her obsession with house chores worsens her, yesterday i saw her painfully scrubbing the kitchen sink and realized -again, i´ve been aware of this since i am a child- that cleaning a house is how she wants to spend her life. And that´s how she wants to spoil her hands too: cleaning till ill falls off or worse. She has no friends, no social life, she is like a shade of grey, it pains me how far down her insecurities have dragged her. I panic when i think about my parents at old age. Maybe because i am looking and my grandparents, my gradma has trouble walking and talking because she has suffered small brain lesions, she has to be looked after all the time. My grandpa is still very strong at 83, but this sunday he awoke feeling a dizzyness so intense he couldn´t get out of bed. Yesterday i heard my mom saying that they could move in with them. I shivered at the mental image of the four of them in the same space.
I think i´d kill myself first before becoming a burden. I am deep and sensitive but also vain and proud.
And last but not fucking least: there´s the horrible violence and bloodshed ravaging my beloved country. I can´t be dismissive about it.
“We are all damaged in our own way. Nobody´s perfect. I think we all are somewhat screwy, every single one of us”
– Johnny Depp
Hubo un tiempo atormentado en el que andaba buscando el amor en el lugar equivocado. Conocí gente compleja e interesante, personas torturadas por su percepción del mundo, almas de sensibilidad exquisita pero quizá un tanto narcisistas. Esta crónica narra una noche pivotal en la que comprendí que hay mundos a los que no pertenezco, por más fascinantes que los encuentre. Un corazón roto puede ser una brújula vuelta loca, eso me pasó a mí.
“Las ratas cruzan presurosas la explanada del Expiatorio en pos de sus guaridas diurnas. Las esquivo con asco y dificultad, apenas aguanto los tacones. Son las 7:00 de la mañana. Amanece un sábado de abril. Debe ser la parte más fresca del día de esta primavera que acabamos de estrenar. Llevo un vestido azul de seda italiana que me costó carísimo en una boutique de un barrio “alternativo” de Hamburgo. Doy gracias a los dioses -en plural- porque regresa inerme. No le cayó cerveza encima. Nadie vomitó sobre él. Sigue de una sola pieza. No puedo decir lo mismo de mis medias púrpura casi nuevas. Exhiben un nada estético boquete a la altura de mi rodilla derecha. El taxista no quiso llevarme hasta mi casa. Paramos en Madero y Prisciliano Sánchez, de ahí ya no quiso seguir. No sé si es un patán o un imbécil. O si ya se hizo cierta idea de mí porque ando sola a estas horas. Ya no traigo chapetes, la piel de mis párpados absorbió la sombra de ojos desde hace un buen rato. Paradójicamente, los ojos se me ven más grandes, o sería que el espejo del baño de mujeres del café Lido me distorsionó a favor. A estas horas ya he perdido todo el glamour que tan cuidadosamente trabajé horas antes. El hechizo temporal de la lustrosa apariencia de cabello planchado y ojos ahumados debe haberse roto por ahí al filo de las 4 am cuando confronté al tipo que no paró de coquetearme a lo largo de toda la fiesta. Ahora sólo quedo yo, dentro de mi disfraz de mujer hecho jirones.
Se animó a acercarse hasta que estuvo borracho. Yo programaba cualquier canción en la laptop del anfitrión y él se endiosaba. Me sorprendió. Nadie había sido nunca tan frontal conmigo. ¿Un caballero ahogado en alcohol? Me pidió que si podía besarme la mano. Yo tampoco era, a las 2 am, la imagen de la sobriedad, se lo permití. Sentí la ausencia de varias de mis amigas, supe que debían estar en el patio, fumándose el único gallo de la fiesta. La luz era tenue, las caras estaban envueltas en penumbra. Él también se sabía la letra de Parklife. La cantó incluso con un sobreactuado acento que pretendía sonar británico. A esas horas y en mi estado, más bien me sonó escocés. Onda Mark Renton. Le fascinó que me fascinaran Leonard Cohen y David Bowie, que me supiera todas las letras. Le fascinó lo de él que vio en mí. Pero en esa fiesta todos éramos espejos, todos teníamos el mismo pelaje, le aullábamos a lo mismo. “Permítanme decirles que, ustedes las mujeres…”-empezó a decir, atragantándose con su propia saliva- “son una maravilla, son la onda, ¡que viva la vaginocracia!”. Cuando alcancé a escuchar eso charlaba con las chicas de la fiesta, hablábamos sobre el futuro, de dónde íbamos a sacar ladrillos para edificar lo que deseábamos. Harta, lo agarré del hombro y me lo llevé al rellano de la escalera, donde nadie pudiera vernos. Se dejó llevar como un corderillo.
Él era considerablemente más alto que yo, y me quedaba a contraluz. Apenas podía verle los ojos. Debió pensar que lo aparté para besuquearlo o para hacerle alguna propuesta en privado porque pude notar su emoción cuando se acercó aún más a mí. Pero yo sólo deseaba hacerle una pregunta: “Dime algo, si somos taaaan maravillosas, ¿porqué ustedes son tan mierda?”. Peló tanto los ojos que pude ver su brillo en la oscuridad. Se quedó en silencio unos instantes. “Por pendejos, por eso” me respondió, luego me abrazó. Y me besó. El beso fue rudeza, dientes y encías. Y yo, que me sentía tan valerosa dentro de mi traje azul –y más aún después de cuatro cervezas-, tan imponente sobre mis tacones de aguja, tan invencible y chingona detrás de mis sombras grises, rompí a llorar como magdalena mientras me decía que no sabía quién me había lastimado, pero que no tenía idea del tesoro que había perdido, y que ningún hombre merecía que una mujer llorara por él, ni siquiera Brad Pitt. Luego agregó lo hermosa, lo divina, lo guapísisisima que me encontraba, lo mucho que le gustaba, dijo que no me fallaría, que si mi personalidad, que si mi pelo, que si mi manera de ser, y mientras más cosas hermosas me decía, más lloraba yo. Quería que nos fuéramos a su casa. Al oído me suplicó que lo dejara amarme. No le dije que no. Pero él entendió. Abandonamos la fiesta en taxi y nos dirigimos al Lido. A las cinco de la mañana. Los parroquianos parecían restos de algún naufragio. Los manteles de poliéster estaban todos repletos de agujeros abiertos por cigarrillos encendidos. Mi acompañante y yo nos sentamos cerca del baño. La camarera de cara grasosa y pestañas tiesas como telarañas nos tomó la orden: un café negro para mí, una tecate para él. Seguía pidiéndome permiso para besarme la mano mientras vaciaba la primera cerveza de cinco. Nunca pude verlo sobrio. Supe que es cineasta y que tiene broncas con la soledad. Le eché cuatro cucharadas de azúcar al café. Todo lo posible por endulzar esa madrugada. Tenía sus ojos clavados en los míos a sólo un palmo de distancia. Pude ver un polvo blanco en sus delicadas fosas nasales. “Proyectas tanta esperanza” –me dijo, y luego agregó que me amaba. Se me escurrieron un par de lágrimas más que ya no tenían que ver con el desamor, los ojos me escocían. A las diez tenía una despedida de soltera y antes debía despedirme de él. Pedimos la cuenta.
Abracé, tal vez por última vez, a ese hombre que dijo haberse enamorado de mí en unas horas. Con los primeros rayos del sol dolía verlo tan perdido. Yo sabía que lo nuestro que nunca empezó en realidad no habría funcionado. Pero sus palabras fueron lo que necesitaba oír. Abro la puerta del taxi, la piel del dorso de mi mano rígida de saliva seca y me marcho a casa. Miro la ciudad despertarse. Aquello que busco no puede estar muy lejos.”
[lang_es] Esta placa de zinc luce muy bien entintada y lista para ser impresa. Por eso le tomé la foto. Cuando ví la prueba impresa me dí cuenta que no tenía pies ni cabeza. Horrible. Ni modo. Tomé la decisión de borrarlo todo. Asi sucede a veces, pasé horas borrando mis propios rayones sobre el metal. El próximo lunes nacerá otro grabado.[/lang_es][lang_en] This zinc plate looks very good inked and ready to be printed. That is why i took a picture. When i saw the test print i realized it had no logic and that the composition sucked. Horrible. It could not be helped. I decided to erase it all. It happens like that sometimes, i spent hours sanding down my own doodles on the metal. Next monday another engraving will be born.[/lang_en]
…eso es lo que a veces creo que soy. Por alguna extraña razón, la gente conocida y extraña me cuenta sus cosas. A veces las más orates, otros las más dolorosas. Los taxistas son unos seres que desbordan historias. Por lo general me cuentan de sus pasajeros, las menos me cuentan sobre sus vidas. Esta es una crónica de unas confidencias que me confió un taxista el año pasado, cuando al levantar una ansiosa mano sobre la avenida él fué el primero que se ofreció a llevarme. Se las comparto:
“Creí que era su vestido de novia” me dice el taxista a propósito del largo plástico blanco en el que llevo envueltos varios cuadros. Éste ondeaba al viento que precede a toda lluvia inminente cuando levanté la mano para pararlo. Es toda una ironía. Más cuando no tengo idea de si algún día querré casarme de blanco. O si aquello con lo que siempre estaré casada será el dibujo. Todavía estoy tratando de acomodarme bien en el asiento trasero del vehículo cuando indaga: “¿es usted pintora?”. No es exacto, -sobre todo soy dibujante- pero respondo que sí. Un sí categórico. Apenas puedo verle la parte de atrás de la cabeza desde donde estoy sentada. Lleva revueltos los pocos pelos que le quedan, y cosa extraña, no suena ni la radio ni música alguna dentro del vehículo. Se crea una burbuja de silencio mientras circulamos por López Mateos. A la luz roja del semáforo, el taxista inclina angustiosamente su cabeza de un lado a otro. Parece que trae al mundo entero sobre sus hombros. La burbuja se rompe cuando se lo digo. Me entero de que solía ser transportista hasta que hace unos meses su tráiler se dañó. Necesita 30 mil pesos para volver al camino. Luego me informa que recién enviudó. A continuación menciona que está enamorado de nuevo. Voltea a verme en otra luz roja. Los ojos azules lucen tristísimos y cansados. Sonríe con timidez. Le faltan todos los dientes que debieran ir entre los caninos. Su nueva novia vive en Tepic. Trabaja de cajera en un Ley. Y se porta méndiga con él. No le dice que lo quiere.
“Cuando la conocí, pensé que esas pulgas no brincaban en mi petate, pero resulta que si brincan. Mire que así, chimuelo, sigo teniendo mis pegues”. Hay orgullo en su voz cascada. Y añoranza. La chica/señora no se acaba de decidir a venir a vivir con él. Está desconfiada. Crió sola a sus hijos. Puedo entenderla, pero eso no se lo digo al taxista. Llegamos a mi destino pero no me bajo pues él sigue hablando. No me atrevo a cortarlo. Luego viene la historia de un viejo amor del camino. Una adolescente de 16 años. Se amaron locamente por tres días. En alguna ranchería en Chihuahua. “Me sentía como un méndigo toro”-comenta. Él siguió camino. Cuando pasó de nuevo por aquel lugar al venir de vuelta, la chica estaba muerta. El padre la mató a balazos por su deshonor. Pienso que hay gente que paga demasiado caro su amor. Esa chica pagó el precio más alto. No sé qué decirle. Minutos después aún puedo sentir vibrar la brutalidad del episodio, él aparenta demasiada serenidad. Sus ojos no se han empañado ni un segundo. Creo que a él no le haría mal llorar un poco. Le recomiendo una masajista de shiatsu que hace unos meses literalmente me exprimió las lágrimas cuando hundió sus dedos implacables en mi espalda. Entonces me dice que sus recursos son escasos. No ha empezado a llover. “Casi todo el dinero que gano se lo mando a mi novia, por eso no me he puesto mi prótesis dental” a estas alturas de las confidencias, puede sonreír sin pena. Alcanzo a verle la campanilla. El amor siempre tiene un precio.
Probably i´m in not condition of writting right now. In the heart of
this moment i´m listening to Bowie singing about a Rebel while some weird smoke comes from my neighbor´s window. Which makes me remember a very recent time when someone in the building decided to throw some Hiroshima mass-murdering ant poison.
About a month ago i was riding an art collector´s pick up with his family in the aftermath of a huge thunderstorm. In this city, rain is not a gentle phenomena. It pours down furiosly: people´s houses are flooded, trees fall down, power shuts down and so on. I was so happy i was on board this powerful vehicle i even said out loud: “Oh how lucky are we to be on this truck, no harm will come to us” I had not ended uttering this words when the all-mighty vehicle stopped on its tracks, something happened it broke down. A funny whipslash kinda noise came from the motor. What followed was a massive black out and the slowest and most crowded taxi ride of my entire life. I got home at 2 am completely knackered and entirely convinced that my collector is completely barmy. This sorta things only happen to him. And i am supposed to be the crazy artist. Jesus.
I have to tell all of you that on my way home from the engraving workshop, about an hour ago, i saw a flock of little black birds. Hundreds of them, flying in a river-like formation, making the most beautiful noise with their fluttering wings. I wish i was Tiresias right now, for he could foresee the future through bird-watching.
Something great happened about three weeks ago. I think it would be enough if i just said that my life has changed entirely for good. Most of the time i feel happy and blessed, the least of the time i am freaked out and scared, but i think that i have learned, after a long time of smacking into walls and feeling miserable, to be happy and complete-by-myself, i knew the joys of my solitude and now share myself from my sense of wholeness, not from my emotional voids. It took me more than two years to evolve into the person i am now. It was a long way but it was worth every step.
I can say with all honesty i am still a terribly insecure person. And thay maybe i have many things stalled because of this yucky factoid of my personality. I keep pulling and pushing myself because time is a ruthless creature and it simply does not know the meaning of mercy.
[lang_es]Cuando estaba haciendo la serie de Saskia en el Subterráneo, pensé que ella al final perdería su larguísimo pelo. En algún lugar leí que la memoria emocional se queda en el cabello, así que pensé que sería una forma de dar a entender que ella, de alguna manera, se liberó de cosas. Luego me dí cuenta de que Saskia pelona no es ella. Se ve triste sin su pelo. Así fué como conservó su liso infinito.[/lang_es][lang_en]When i was working on Saskia en el Subterráneo (Saskia on the Underground), i thought that she would lose her long hair in the end. Somewhere i read that the emotional memory is stored in the hair, so i believed it would be a way to get across the point that she freed herself from stuff. Then i realized that an almost bald Saskia is simply not her. She looked sad without it. So she kept her infinite locks.[/lang_en]
[lang_es]Estas monas fueron producto de un momento completamente random, sin propósito ni beneficio, sólo miran desde el cuaderno.[/lang_es][lang_en]This women where the product of a moment of utter randomness, without any purpose whatsoever, thet just stare from the sketchbook.[/lang_en]
Probably i´m in not condition of writting right now. In the heart of this moment i´m listening to Bowie singing about a Rebel while some weird smoke comes from my neighbor´s window. Which makes me remember a very recent time when someone in the building decided to throw some Hiroshima mass-murdering ant poison.
About a month ago i was riding an art collector´s pick up with his family in the aftermath of a huge thunderstorm. In this city, rain is not a gentle phenomena. It pours down furiosly: people´s houses are flooded, trees fall down, power shuts down and so on. I was so happy i was on board this powerful vehicle i even said out out: “Oh how lucky are we to be on this truck, no harm will come to us” I had not ended uttering this words when the all-mighty vehicle stopped on its tracks, something happened it broke down. A funny whipslash kinda noise came from the motor. What followed was a massive black out and the slowest and most crowded taxi drive of my entire life. I got home at 2 am completely knackered and entirely convinced that my collector is completely barmy. This sorta things only happen to him. And i am supposed to be the crazy artist. Jesus.
I have to tell all of you that on my way home from the engraving workshop, about an hour ago, i saw a flock of little black birds. Hundreds of them, flying in a river-like formation, making the most beautiful noise with their fluttering wings. I wish i was Tiresias right now, for he could interpret the future through bird-watching.
[lang_es]Esta dama está en el cuaderno de bocetos. Todavía no sé quién es. Ella proviene de cuando aún andaba coqueteándole apenas a la tinta.[/lang_es][lang_en]This lady is on the sketchbook. I still don´t know who she is. She comes from the time i was still flirting with ink.[/lang_en]
“¿Que qué me ha dejado el grabado? Pues muchos fierros, muchos cobres.”
-Francisco Toledo
A principios de los ochentas, en el Taller de Grabado de Mario Reyes en la Ciudad de México, el maestro Francisco Toledo (Juchitán, Oaxaca, 1940) modificó varias placas de grabados coloniales religiosos. Al herirlas con puntas de diamante y atacarlas con ácidos, les brindó otro carácter a estas escenas de pasajes clásicos de la imaginería católica.
En una entrevista reciente, el artista oaxqueño rememoró la ejecución de este trabajo, aseverando con una sarcástica seriedad que a Mario Reyes no se le entiende nada cuando habla -dicen por ahí que eso es cierto, yo no lo puedo asegurar ya que no he tenido el honor-. Y que además, por alguna extraña razón, el ácido se rehusaba a atacar apropiadamente las placas.
“Mario lo atribuyó a una señal divina. Él es un hombre muy católico.” – afirmó el artista sin apartarse del sarcasmo. Los que conocemos algo del impresor y también artista por cuyo Taller de Gráfica han pasado nombres de la talla de José Luis Cuevas y Leonora Carrington, sabemos que Reyes es completamente ateo.
En una de las placas, una multitud de ánimas en pena se cubre con paragüas para evitar ser salpicados por la sangre de Cristo quien derrama líquido hemático a raudales. Sobre el tablón transversal de la cruz, un extraño conejo con cola de zorro otea la escena. En otra, la Virgen María derrama sus bendiciones -literalmente- a travéz de una manguera negra sobre la jícara que un fiel venerador le ofrece. En aquella, Cristo sostiene un colorido tambor rojo con todo y las baquetas entre sus manos cruzadas, un diablo contorsionista describe con su cuerpo un medio círculo dentro de su alba túnica.
Todas estas imágenes las produjo el maestro al mismo tiempo que Carlos Monsivaís escribía los cuentos que irían emparejados con ellas. La publicación titulada “Nuevo Catecismo para Indios Remisos” incluye en su edición de la casa editorial Era nueve de los grabados del artista gráfico.
Francisco Toledo no es “sólo” grabador, también es pintor, editor, ceramista, escultor y promotor cultural. Es el artista mexicano vivo más cotizado dentro y fuera de México. Es un personaje al que no puedes dejar de adorar ya que después de ser sacudido por la fuerza de su trabajo, lo descubres siendo completamente sencillo en las entrevistas, con la simplicidad de quien está tan seguro de su lugar en el mundo que no siente la necesidad de explicar nada. Bajo su exterior aparentemente rústico se esconde su tremendo intelecto, afilándose las uñas para saltar con su fino sarcasmo sobre cualquier interlocutor que no esté a la altura con un latigazo verbal, de esos que no se sienten sino hasta un rato después, cuando te das cuenta de que te pendejearon sin darte cuenta.
Una muestra de esta faceta de su personalidad la ví claramente en su exposición Los Cuadernos de la Mierda, la cual fué albergada por el Museo de las Artes de la UdeG hace algunos años. En esta muestra había 56 imágenes de un total de 1,500 que el maestro realizó durante su estadía en Francia a mediados de los ochenta. Esta obra fué entregada a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en el año 200o como parte del programa “pago en especie”.
En el universo que nos presentó se fundían tradiciones milenarias con escenas cotidianas y fantásticas, en las que intervinieron animales, esqueletos, insectos y calacas que defecaban solitarias o en grupos de animada charla. Todo para la honorable secretaría que maneja nuestros impuestos.
Les recomiendo ampliamente que se den una vuelta a su librería con sillones favorita, vayan a sección de arte, tomen un libro con imágenes de él y dejen que su iconografía les hable a través de los ojos.
…because i had to show it last thursday. I was at our monthly Geek Girl meeting and i knew the gals wanted, for some strange reason having to do with a tit-showing twitter celebrity, to show some cleavage and why not, the entire bra-covered rack.
So we were told to bring our best and most beautiful bra. A tough task for me, since the last time i bought one was a couple of years ago. So i went into my drawers and found a decent looking one. Not quite pretty but showable.
I went to the meeting wearing my brand new suspenders -which i love– a friend of mine, also with the braces fever, brought hers. And after a fruitful reunion in which we appointed tasks to be done for the major Geek Girl Meet Up of December, the girls decided it was time to go shirtless. First our leader took her blouse off, revealing a liliac bra, then my friend tossed her white shirt off, she was wearing what it would turn out to be the prettiest bra of all of us. When she did it, i had to do it. Peer pressure and a strange elation took over me. When three of us where baring it, another one did, and then another, and another. It was some sort of chain reaction. Some girls plainly refused but they where the least.
Then we were taken pictures, we held each other´s shoulders and didn´t pose. When i looked at the pics i realized that suspenders make you look slimmer. It may be that two parallel black vertical lines down the torso work like a figure slendering visual effect. Anyway, it felt like a tribal thing, getting half naked with female friends. We were all giggly and i thing that also proud of ourselves. I felt that a new sense of trust was born out of the bra-showing act. I was marvelled at how different we are from each other, so diverse our body shapes and forms, all beautiful.
And oh-god, we are smart as hell also.
Geeky Sunday to you all. I´m off to watch Super 8 in a while.
[lang_es]Esta es mi fiel bici. Se llama Babel. Pronto cumpliré dos años pedaleando sobre ella. Es una Columbia de los sesentas recuperada. Pesa media tonelada, es de contrapedal, sin velocidades. Perfecta para mí.[/lang_es][lang_en]This is my faithful bike. Her name is Babel. Soon she and i will celebrate two years of me pedaling on her. She is a refurbished sixties Columbia bycicle. Having back pedal brakes, weighting half a ton, and being non-geared only adds to her allure and personality. She fits me.[/lang_en]
[lang_es]He estado tratando de incorporar a este hombre en la nueva serie. Pero de una u otra forma, aún no encuentra su entrada en escena. Los demás personajes le han ganado los papeles.[/lang_es][lang_en]I have been trying to add this men in the new series. But in one way or the other, he still can´t find his way on stage. The other characters have stolen the parts.[/lang_en]
[lang_es]Este boceto en temple al huevo es uno de mis resultados de experimentar con la técnica. Lo hice en un período de mi vida en el que no sabía para donde seguir. En medio de la etapa post-expo, en el marasmo de volver a quedarme embarazada creativamente.[/lang_es][lang_en]This sketch is one of my results of experimenting with the egg tempera media. It was made in the midst of a life period when i didn´t know where to go. It was just after a solo show, in the paralysis of seeking becoming creatively pregnant again.[/lang_en]