Es sábado de gloria. Volvió el agua. Y tiro líneas para mí. Por mí.
Luego quiero que vuelen conmigo.
A finales de abril. En la Alianza Francesa.
D.
En esta sección subo periódicamente la rayoneadera que precede a todo cuadro junto con una explicación de lo que según yo estoy haciendo. Espero poder acercar el proceso creativo y de gestación de las obras. No todas llegan a buen término, muchas nacen, pero otras son abortadas. De cualquier manera, estas rayas sin depurar tienen una expresividad de que pueden carecer los trabajos ya terminados y bien pulidos. También encontrarán aquí las actualizaciones de mis otros dos blogs, en esta sección se tienden puentes hacia mis otros mundos en la web. ¡Disfruten y dejen sus comentarios!
Es sábado de gloria. Volvió el agua. Y tiro líneas para mí. Por mí.
Luego quiero que vuelen conmigo.
A finales de abril. En la Alianza Francesa.
D.
Odio odio odio los días santos. Estos días que transcurren como en cámara lenta y todo está parado. Hoy es jueves santo y tengo despierta desde las 7 am. Me arreglé, saqué la basura, tomé unas fotos de unos cuadros, las edité, las envié por correo electrónico, metí a lavar mis sábanas y bueno, acabo de enterarme hace unos pocos e histéricos minutos que olvidé el megacorte de agua que el SIAPA venía anunciando desde hace semanas cuando intenté jalar la manilla de mi inodoro.
Las siguientes escenas fueron lamentables: no pude lavar los platos (me desquician los platos sin lavar) tuve que sacar las sábanas a medio lavar de la lavadora y proceder a exprimirlas lo mejor que me da la fuerza de mis brazos ñengos, me dí cuenta de que completar lo que había quedado a medias con el agua de mi garrafón me costaría tres días se sed. La mejor salida sería, lógicamente, ir a casa de mis padres en lo que la sequía termina. Pero, uf, no quiero ir. Prefiero terminar los tres días de corte hecha una bestia de pelo grasiento y enmarañado que volver. No hay problemas familiares, ni nada que se le parezca. Simplemente no quiero ir a casa de mis padres.
La vida en libertad es adictiva.
¡¡Aergh!! apenas va el jueves santo, faltan otros tres días de ciudad fantasma y aquí en la mansión no hay agua…
Me jalo mis -próximamente grasosos- pelos
Cuídense,
Bais.
Creí que no sabía cocinar. Mis habilidades en en el encantador cuartito de mi casa donde habita la estufa no pasaban de calentar agua para las sopitas -exquisitas- de sobre y alguna carne marinada en harto jugo de limón. Pero hoy vinieron en mi auxilio las habilidades que aprendí cuando fuí mesera en la Hostería del Ángel. ¡Preparé rotolatas! cada una me quedaba mejor que la anterior. Y el sabor, oh sí el sabor, mucho mejor de lo que recordaba.
Considerablemente más complicadas que las sopas de sobre.
Casi me puedo casar.
Cuídense,
D.
Pues sí. En mi próxima serie retrato a una vieja y obesa pareja que padece de un hambre terrible y crónica. Para quienes no lo sepan, la autora de este blog también dibuja, expone y vende sus monos.
Una pareja de gordos, ejecutados en su mayoría en grafito sobre tela, comen, aman, se limpian los dientes, se van de picnic y escandalizan a su nietecita a lo largo de 12 piezas que ya verán, si se animan, en la Alianza Francesa. ¿Cuándo? el mes que entra, durante la última semana de abril.
No sé porqué empecé a dibujar a este par de personajes. No necesitas tener todo claro cuando empiezas un dibujo. Las cosas se despejan solas conforme avanzas, y las razones por las que escoges plasmar una forma en vez de otra se van develando en tanto transcurre el proceso. Los cierto es que uno siempre se está autoretratando, incluso cuando se recurre al fusil (no mientan, queridos ilustradores y/o pintor@s). Pero rara vez de una manera frontal. Los reflejos que constituyen el trabajo son como los de esos laberintos de espejos que hasta hace poco encontrabas en las ferias de pueblo. Por ejemplo: a la señora que protagoniza -¿o antagoniza?- la serie le puse un lunar en la frente. Hace un mes más o menos, recordé que yo tengo un lunar en el mismo lugar. La coincidencia me sorprendió.
La obesidad ha sido retratada por los artistas en innumerables maneras a lo largo de la historia. Desde las figuras neolíticas como la Venus de Willendorf -una efigie femenina que representa la fertilidad- pasando por las sensuales -y absolutamente reales- mujeres de Rubens, los perennes gordos de Botero o la celebérrima supervisora de la seguridad social de Lucien Freud, las formas rebosantes y orondas tienen un simbolismo tan personal como cada artista que ha elegido representarla.
Las excusas que puedo dar a la obesidad y la vejez de mis nuevos personajes obedecen a aspectos de mi vida. No he retratado sus redondeces para denotar su sensualidad, su ingenuidad o su belleza. Son gordos porque están llenos de cosas y cargas viejas que deben soltar. Tal vez su gordura los hizo viejos. Por la misma fuerza de su edad ya no son fértiles en el sentido convencional del término. A lo mejor la vejez les hizo engordar a ese extremo. Lo cierto es que lo grotesco entró en mi trabajo. En una época en la que no podía ser de otra manera.
Cierro con un beso de mis viejitos, invitándol@s a que no se pierdan los Retratos de dos Gourmets.
Y no olviden sacar de paseo a su oscuridad.
El director tapatío Guillermo de Toro comenta, dentro de los extras del DVD de El Laberinto del Fauno, que las ilustraciones del británico Arthur Rackham lo influenciaron grandemente para el diseño del personaje que da nombre a la cinta. También, en la película Hellboy, el árbol que crece en el altar ante el cual llevan a Hellboy en Escocia era llamado por el realizador, «el árbol Rackham».
El señor Rackham solía, a sus 18 años, trabajar como oficinista en Londres por allá en los alegres años de la época victoriana. Eran tiempos dickensianos también, aquellos en los que los oficinistas jugaban papeles importantes tanto en la ficción como en la vida real. Arthur iba, en su tiempo libre, a la Lambeth School of Art, y también era ocasionalmente reportero para el Pall Mall Budget. Poco a poco fué tomando confianza para incursionar en el campo de la ilustración, y aunque sus primeros trabajos dejaban ver una gran facilidad para el dibujo, no parecía que fuera a perfilarse como el maestro de la ilustración en el que se convirtió.
Finalmente, en 1892, la oficina le quedó chica a Arthur y renunció a su trabajo de sueldo fijo para perseguir una carrera en el azaroso campo de la ilustración. Fué un artista que se labró su estilo a la vista de todos. Sus primeros trabajos muestran a un ilustrador en la búsqueda de su propia voz. Carecían del alma que más tarde empaparía cada una de sus pinturas.
El florecimiento del estilo que influenciaría a toda una generación de niños y artistas gráficos surgió con claridad en 1905 cuando ilustró el clásico cuento de Irving Washington: Rip Van Winkle. A éste le siguieron obras maestras como las series que ejecutó para ilustrar Sueño de una noche de verano, Sigfrido y el ocaso de los Dioses, Peter Pan, El viento en los sauces y Ondina entre otros.
Rackham también es, junto con John Tenniel, uno de los ilustradores más importantes de la saga de Alicia en el país de las Maravillas, el clásico de Lewis Carroll que anda en boca -y ojos- de todos ahora que Tim Burton hizo su versión de la obra. No me meteré a analizar la cinta. Si gustan leer una excelente crítica de la misma, la opinión que de ella vierten aquí es muy similar a la de su servilleta.
La maravillosa serie que Rackham produjo inspirándose en el texto de Alicia, poniendo su enorme talento al servicio de la fantasía, es quizá el más reconocido de sus trabajos. Aquí, sus líneas sueltas y deslavadas, sus árboles de raíces retorcidas y fantasmagóricas y sus fondos repletos de diminutos detalles hacen parecer que la serie fué concebida ex-profeso para que fuera su mano quien la llevara al reino de las imágenes. Estos dos hombres -Lewis Carroll y Arthur Rackham- incluso estuvieron vivos al mismo tiempo (Carrol murió en 1898, Rackham nació en 1867) este último tenía sólo 31 años cuando el primero murió. Ambos eran hombres proveyentes del mismo contexto y ambiente -la Inglaterra victoriana-, y quizá por ello la amalgama texto-imagen resultó, en este caso tan sorprendente como conmovedora.
Quizá la mayoría de los que vimos la nueva cinta de Burton y que aparte habíamos caminado por por los mágicos y tenebrosos bosques pintados por el pincel de Rackham esperábamos más. Hay un riesgo muy sutil detrás de tanta delicadeza, me atrevo a decir que ahí está el hechizo que vuelve a estas imágenes tan seductoras. Son hermosas, pero hay algo ahí que no acaba de cuadrar. Es la atmósfera del sueño del que recién despertamos, aquello inasible que tan bien logró capturar con algo tan delicado como un pincel.
Asómense a la obra de Rackham, maravíllense. Sus bello trabajo es la antítesis de la Era Industrial que lo hizo accesible a las masas.
Y luego me cuentan cómo les fué.
http://www.wikigallery.org/wiki/artist44431/Arthur-Rackham/page-4
En 2005 tomé un taller de grabado en el estudio de José Fors. El tórculo enorme, con su imponente platina y sus metálicos rodillos gemelos convivían en medio de botes de acrílicos, ramilletes de pinceles y bastidores con sus telas a medio tensar. El papel liberón se apilaba en la mesa que los alumnos usábamos para ejecutar nuestros trabajos sobre placas metálicas. Mis manos, al terminar la sesión, olían a cobre y a sangre, por el hierro del que estaban hechas las gurbias de grabado.
Fué con esas manecitas tan cochinas que tomé por primera vez un libro de Edward Gorey. El señor Fors tenía a bien dejar sus libros desperdigados por el estudio. Este libro no era otro sino el célebre Amphigorey, en cuyas páginas se narra, con breves textos e imágenes, entre otras cosas, la desventurada suerte de 26 niños cuyos nombres comienzan con cada letra del alfabeto.
Edward Gorey es un ilustrador y escritor norteamericano que nació en 1909 en Chicago. Su trabajo plástico es sumamente ingenioso y macabro, su humor es fino, nostálgico, y tan negro como su técnica preferida, la tinta.
Sus líneas son sencillas y en sus planos predomina la vista de perfil. Al señor Gorey parecen tenerle sin cuidado las perspectivas complicadas o los rostros hiperdetallados. La humildad de su ejecución deja hablar contundentemente a los textos que van aparejados con sus imágenes. Aunque debo decir que el señor Gorey ha publicado libros mudos enteramente elocuentes.
Edward Gorey es un apasionado del teatro, diseñó el vestuario de la versión de Broadway de Drácula, recibiendo un premio Tony (los óscares del teatro) por este trabajo. Y su genial historia El invitado incierto, ha sido adaptada para las tablas por las compañías inglesas de teatro Hoillopoi y Touring en asociación con el Teatro Real de Plymouth.
2000 fué el último año de Edward Gorey, a los 75 años, la muerte, uno de los temas que más tocó en su obra, lo alcanzó. Su obra, igualmente sublime que mística y absurda, le sobrevive, y a ésa si que nunca, la tocará la calaca.
http://www.edwardgoreyhouse.org/
….es hoy precisamente, estoy tratando de subir mi nuevo post del Callejón y está tartamudeando horrorosamente, tanto, que estoy temiendo perder lo que he escrito Anoche me dí un susto de muerte porque mi principal comprador me dijo que mi trabajo estaba bajando de calidad, casi me dio un ataque, yo no pienso así, de ninguna manera. Simplemente creo que estoy ganando expresividad y perdiendo un poco esa neurosis por los detalles obsesivos. No sé que voy a hacer…en fin.
Tengan un lindo inicio de semana, yo sigo en el deschongue con wordpress.
Abrazo,
Bais.
D.
…oh sí, y el gordo encerrón que tuve ayer y antier en casa de mi maestra. Llegué a mi asesoría de los jueves a las 5 pm, en taxi (como deberá ser mientras no tenga carro propio, es imposible andar en camión cargando cinco cuadros) y ahí estaban el Sr. Fundidor y su chalán, listos para llevarse el puerquito de plastilina que sería vaciado en bronce ventitantas veces.
La asesoría propiamente dicha empezó a las 8 más o menos, me dí cuenta de varias cosas, la primera: necesito un caballete, es curioso que mientas mi chamba pierde su aire buenito y demasiado dulce y empieza a sacar las brillantes uñas de la sátira, necesite un utensilio más de pintor que de ilustrador. La segunda: mi maestra, una de las pintoras más renombradas del país, es una mujer que me dobla la edad, y es una cabrona para hacer las críticas. Mientras cada una trabajaba por su cuenta, ella de repente volteaba a ver mi trabajo y me decía cosas como: «Esa nalga te quedó culerísima, cámbiale la forma. Los omóplatos, ¿porqué tan marcados si la mujer es sumamente gorda?, ¿porqué esa dicotomía?, la luz, la luz, no te olvides de dónde está tu fuente de luz. Huye de los lugares comunes como si fueran la mismísima peste». Pues muchas gracias. Los cinco cuadros que están resultando de su brutal y al mismo tiempo amorosa dirección son muy, muy distintos a los otros, sigo siendo yo, pero con colmillos. Estoy feliz de no estar perdiendo el aire de caricaura pero estar ganando en seriedad.
Ya los verán.
Trabajamos hasta bien entrada la noche, entre las carcajadas por el chanchito -el pinche puerco, le decíamos- que ella esgrafiaba con una espátula de dentista, la buena conversación, las críticas, los lápices y el vino tinto.
Acabé dormida en el sillón de su sala. Y a la mañana siguiente casi acabé otro cuadro. Ella acabó el marranito.
Hoy sigo, con mis gordos amores, pero ya en mi casa, en la mansión.
Cuídense,
Bais.
D.
Esta es una de las frases que, parodiando haikus, fueron impresas en uno de los tantos posters promocionales de la magna exhibición que Yoshitaka Amano tuvo en Nueva York en noviembre de 1997. Virtualmente desconocido fuera de su natal Japón, Amano invirtió millones de dólares en comprarse su primera exposición en Estados Unidos. Pagó por cubrir de publicidad 577 vagones del metro de la ciudad (más de la mitad) y por insertos en revistas y periódicos. Afiches anunciando su muestra de 10 días en el edificio Puck se pudieron ver por casi toda la ciudad. Además, un enorme mural que proclama «Think like Amano» (piensa como Amano) dominó por varias semanas una pared de un edificio de la calle Houston, a unos pocos pasos de la sede de la muestra. La exposición fué un éxito tanto de crítica como de ventas y significó para Amano darse a conocer y legitimarse como artista serio (a pesar de la desvergonzada promoción, que tenía horrorizados a los críticos puristas) en Estados Unidos.
Lanzarse al mundo del arte nunca ha sido fácil, y el talento para la autopromoción, sin importar que tan vulgar o extravagante sea, es algo que nunca ha lastimado a ningún artista: Basquiat repartía postales con su trabajo impreso en los restaurantes de Soho de Nueva York, Jeff Koons instaló un cachorro de veinte metros hecho de flores a la entrada de una exhibición en Europa, Joseph Beuys vivió por tres semanas en una galería con un coyote, y quién no recuerda al pintor tapatío Juan Kraeppelin, quien vendía camisetas en el Baratillo y en una ocasión llegó a una exposición empujando una carreola en la que venía paseando una cabeza de puerco.
¿Pero quién es Yoshitaka Amano? Amano es un diseñador, cineasta, ilustrador y pintor cuyo campo de acción va desde ilustración para libros, diseño de personajes de videojuegos, pintor de escenografías para obras de teatro y vitralista. Amano es el pincel y la mente detrás de personajes que hemos conocido en México como el trágico José Miel (Honeybee Hutch) y la Fuerza G (Gatchaman), a quienes creó siendo aún adolescente. También ha diseñado los personajes y ha sido el director de arte de la mayor parte de las series de juegos RPG Final Fantasy. Colaboró con el director Mamoru Oshii en los ochentas para producir y realizar toda la concepción visual del corto de culto El huevo del ángel.
Amano nació y creció en Shizouka, una población al pie del monte Fuji, en 1952. Empezó a dibujar en rollos de papel que su hermano mayor llevaba a casa del trabajo. Después de una visita a los Estudios Tatsunoko (responsables de la serie que aquí conocimos como Meteoro), Amano decidió -para gran horror de su familia y amigos, quienes esperaban que persiguiera una carrera más tradicional- que había encontrado su vocación y dejó la preparatoria a los 15 años para dedicarse de lleno a dibujar. Deslizó varios de sus trabajos bajo la puerta del estudio y eventualmente fué contratado.
El éxito lo acompañó desde el principio. Amano parece poseer aquello que los japoneses llaman un, puede ser traducido como suerte o visión, combinado con un extraordinario sentido de la oportunidad. Su estilo trae reminiscencias del arte de Arthur Rackham, el británico que ilustró Alicia en el país de las maravillas, de artistas del cómic como Michael Kaluta, o de pintores como el genial vienés Gustav Klimt.
El arte de Amano es fantasía; en su imaginería abundan las chicas, las espadas, los monstruos. El movimiento de sus líneas es vertiginoso, nada está estático, todo parece vivo, los ojos melancólicos de sus personajes, orlados de elegantes ojeras, cautivan y nos hacen pensar en las historias que guardan detrás. Su atención a los detalles es exquisito. Amano puede tomar un personaje tipo bárbaro, grande y tosco, y lo hará hermoso. Tal vez el más claro ejemplo de esto es su legendario D, el cazador de vampiros basado en la serie de novelas Vampire Hunter D escritas por Hideyuki Kikuchi. D es poderoso pero estilizado, con miembros acentuados pero de pose ligeramente andrógina, su obsesión: atrapar y matar al Rey de los Vampiros: Drácula, quién puede o no ser, a la Edipo Rey o Star Wars; su padre.
Amano ha publicado numerosos libros a lo largo de su carrera, incluso ha colaborado con el escritor Neil Gaiman en el libro «The Dream Hunters». Hay muchas recopilaciones de los dibujos y pinturas que ha realizado en sus más de 30 años de labor, pueden encontrarlos en amazon.com o si tienen suerte y dinero tal vez se topen con alguno en su comiquería o convención de historietas favorita (no hay muchas en la ciudad).
El señor Amano es muy joven aún, no pasa de los sesenta años y su pluma sigue tan viva como cuando empezó, es un hombre que puede decir con orgullo que no ha hecho nada en su vida mas que hacer monos. Sigue tan fiel a sí mismo y comprometido con su arte como cuando entró a trabajar a Tatsunoko cuando no era más que un mocoso de 15 años. Eso se nota.
I get high with a little help from my friends.
Los Beatles, unos genios.
Lápiz 8b, mi little darling.
Y la amiga que no llega.
Abrazo,
D.
…que me dió hoy, quien sabe en que convertirá al rato.
Saludos,
D.
Hola.
¡Ayer inauguré mi blog en la composta! Pasen a verlo por aquí, será actualizado cada semana, el objetivo es hablar de ñoñerías e ilustración. También subiré fotos de cuadros en proceso y cómo va mi labor creativa, también será algo así como una mirada exhibicionista a mi estudio. Otra cosa: nadie en la composta habla de moda, yo intentaré hacerlo, desde una perspectiva que no sea completamente palacio.
Hoy tomé dos taxis para ir y venir de mis asesorías de pintura. Lo curioso es que el primero que tomé iba tripulado por una chica ex policía. Me contó de un chavito alcohólico al que detenía a cada rato mientras trabajaba de guardiana del orden en Magdalena, una población cerca de Tequila. La historia acabó en tragedia porque en una de las borracheras el padre lo sacó de la cárcel y a la mañana siguiente se mató con la novia en la carretera. A la chica taxista le tocó ir al accidente, reconoció al chico y le tocó darles la lamentable noticia a los padres.
El segundo taxista me contó de cómo había dejado un empleo magníficamente bien pagado como mecánico de locomotoras viajando por todo el mundo para la General Electric a cambio de pasar mas tiempo con su familia y no estar solo. Me dijo que entendió que el dinero no lo es todo. Que hay cosas más importantes.
Vaya que las hay. Mis lapicitos salvan. ¡Hoy compuse geométricamente! Nada al azar, ya no.
El arte es cosa mental, dijo Leonardo.
D.
El año: 1996. Cursaba la preparatoria mientras los fines de semana aprendía a dibujar cómics con un grupito de ñoños en una cochera tan apestosa como interesante. Yo era la única chica sentada en un sillón percudido repleto de manchas de procedencia dudosa. Hojeaba mis primeros mangas sin entender ni medio kanji (ahora puedo leer unos cien). Por esas fechas me obsesionaba Final Fantasy VI (el mejor juego de esas series, según mi opinión) un juego de rol para el SNES que, como todos los de este género, contaba una historia, una historia que a mí me tenía completamente atrapada, el arte de su instructivo era exquisito, el ilustrador, nada menos que el genial Yoshitaka Amano. Amé profundamente a varios de los personajes, al punto que no quedé conforme con el final que desfiló ante mis ojos tras partirle la madre a uno de los villanos más memorables de la historia de los videojuegos: Kekfa Palazzo.
El juego terminó, pero yo quería más, más sobre esa saga que, para mí, había quedado cortada en seco. Imaginaba las ramificaciones y las historias que podían surgir del antes y después de tantos personajes. Pero nunca las escribí. Lo que en ese momento no sabía, es que lo que se me ocurría ya lo estaban llevando a cabo miles de personas en el mundo desde hace décadas. Y no sólo ideando acerca del genial elenco de Final Fantasy VI, sino de todas las historias provenientes de los más diversos géneros, desde series de TV, pasando por cómics y novelas clásicas que los y las habían cautivado por alguna razón a lo largo de sus vidas.
Estas historias, basadas en universos creados por otros autores, conforman un fenómeno que en la cultura popular se conoce como fanfiction, un término en inglés que quiere decir “ficción de fans”, y es que es precisamente eso: la ficción que los fans crean, apropiándose de los mitos contemporáneos (de cualquier tipo) para reinterpretarlos, llevándolos por donde les hubiera gustado que fueran, dándoles otro final, ahondando en situaciones que nunca ocurrieron o describiendo con mayor detalle sucesos que sólo se leyeron entre líneas; las posibilidades son tantas como la inventiva (y la ñoñez) de quien escribe.
Que otro autor escriba una continuación de una obra consagrada por alguien más no es algo nuevo, y los ejemplos en la historia de la literatura abundan: desde secuelas no autorizadas de Don Quijote de La Mancha en el siglo XVII, pasando por las imitaciones de Las Mil y una Noches que se escribieron y publicaron en Francia después que esta obra se diera a conocer allá.
El fanfiction moderno comienza en el siglo XX cuando se publican varias parodias y revisiones de Alicia en el País de las Maravillas y versiones de las historias de Sherlock Holmes escritas por fans.
En los años veintes y treintas, admiradores de Jane Austen escribieron y publicaron historias basándose en sus personajes, estos relatos salieron a la luz en fanzines (publicaciones no profesionales hechas por y para fans de algún tema en particular).
Sin embargo, el advenimiento del fanfiction y su popularización como una expresión masiva de la interacción de los fans entre ellos y con una obra en particular, llegó a través de los fanzines que los fanáticos de Star Trek comenzaron a publicar desde finales de los sesentas. El primer fanfiction en el sentido moderno del término, como una historia escrita sin ningún fin de lucro y por pura diversión y placer de hacerlo, salió publicado en 1967, en Spockanalia: el primer fanzine de Star Trek.
Con la llegada de internet, la popularidad del fanfiction se ha disparado, lo que antes sólo encontrabas en los fanzines y las convenciones de cómics ahora está a un par de clics de distancia. En 1998, el programador angelino Xing Li fundó el sitio Fanfiction.net, el más grande archivo de fanfiction en toda la red con más de dos millones de usuarios y 50,000 historias en 30 idiomas.
El mejor fanfiction es aquel que logra atrapar la esencia de los personajes y la trama, y al lograrlo se lee casi como el material en el que está basado. El material abunda, sin embargo, el fanfiction malo es lo más común, y si quieren empezar a leer obras de este tipo les recomiendo paciencia. Hay verdaderas joyas entre los cientos y cientos de relatos disponibles, yo he llegado a leer fanfiction basado en novelas de Anne Rice que es mil veces mejores que el material original (supongo que por esta razón la autora demandó a los fans que escribían, al contrario de J.K.Rowling, quien ha declarado sentirse honrada por el andanal de fanfiction que su obra ha inspirado).
Hay varias recomendaciones que les puedo hacer para encontrar buen fanfiction: la primera es que usen su sentido común. En los sitios que albergan este material (al final del post les dejo varios vínculos) por lo general te dicen cuantos comentarios (reviews) tiene cada historia. No es una garantía, pero dales oportunidad a aquellos con más de 30 comentarios. Si encuentras alguno con más de 100 (los hay, oh si), es casi seguro que la historia estará buena. La segunda es que busques comunidades temáticas, en éstas se agrupan autores que se editan entre ellos y se critican, encuentra una que trate la obra que te interesa desde la perspectiva que buscas. Por lo general existe un listado de comunidades en los sitios de fanfiction.
Otro pequeño detalle es que los mejores autores escriben en inglés. Ni modo. Incluso los que tienen como lengua materna al español, ¿la razón? Llegan a un mayor número de lectores. ¿Lo bueno? Practicarán su inglés.
Así que ya saben, tanto si quieren leer cómo Mulder y Scully de X-Files resuelven la tensión sexual entre ellos, o si nunca les convenció que Harry Potter terminara emparejándose con Ginny Weasley, o si pensaban que era imposible que Faye Valentine y Spike Spiegel convivieran en el Bebop sin atraerse, encontrarán lo que buscan, no hay posibilidad que no se esté explorando en el mundo del fanfiction, incluso las más orates.
Ahora que si son puristas, pues ni le busquen porque quedarán francamente escandalizados.
Pero yo sí encontré lo que buscaba, Final Fantasy VI sigue tan vivo en la mente y las plumas de los fans como hace más de diez años. Y sí, soy fan del buen fanfiction.
Aquí algunos links, chéquenlos:
http://www.adultfanfiction.net/
http://www.mundofanfiction.es/inicio/
http://www.tc.umn.edu/~pres0049/VC.htm
http://www.harrypotterfanfiction.com/
http://www.coffee-and-chocolate.com/category/ships/remus-lupinsirius-black/
Amo amo amo a David Bowie.
Amo amo amo a David Bowie.
Tengo las manos blancas por estar imprimando. Y el sol hace amago de esconderse. Mas le vale no hacerlo. Últimamente los días nublados, lluviosos y fríos me dan para abajo. Ayer me fuí pedaleando hasta Tetlán, hasta el «fin de la vía» y de vuelta. Por primera vez bicicletié escuchando el ipod. Un estúpido se me cerró y realicé una maniobra milimétrica que me libró de dejar medio cuerpo embarrado en el pavimento irregular frente la estación San Andrés. Por lo demás fué un maravilloso paseíto dominical. El viernes hubo aquelarre y ¡wow! todas pachequeamos y bebimos y nos lavamos los pies en torno a mi mesa nueva y al mazo de tarot que Carolina trajo. Haré otro, pronto.
Febrero empieza con todo, soy la única de mis amigas que no está emparejada y Michelle dice que «No tienes pedos», Carolina y Talia que «Tómate un año libre, diviértete, no busques vato hasta el año que entra» pero resulta que sí busco a alguien, a alguien que, como bien dijera Bridget Jones, sea extraordinario.
Porque yo no ofrezco menos.
Y por mientras a divertirse, ¡y a trabajar!
Hoy habrá post en el callejón, el primero.
Abrazo,
D.
Los charquitos en mis converse negros, los charquitos que se formaron por la pertinaz lluvia de martes y que me acompañaron todo el día, los charquitos que mojaron las oficinas y casitas que visité hoy. Llevé al agüita de paseo, la dejé por todas partes mientras crecía mi hambre voraz, mientras tomaba clases y mientras me fumé un cigarrillo de tabaco orgánico. Incluso metí mi caldito de patitas al cajero automático. Ahora mismo el caldito de patas se seca dentro de los converse. La ropa de Michelle tiene dos días mojada, colgada del tendedero. Qué bueno que no es la mía. Ahorita me voy a bañar oh si, y a trabajar. En Lumen del centro no tenían lápices 6B, m encabroné, por eso y por una cuestión de 10 centavos, y ah, también porque un 142 me empapó sin pudor alguno. Muchas horas con los charquitos, el sonido chasqueante al caminar y la resignación a traerlos de paseo todo el día.
Así el martes.
Con puro lápiz del 4B, ya que.
¡Y hay header nuevo!
AHAHAHAHAHA…nada hay mejor para enfocarte en lo importante como tener el agua en los aparejos económicamente hablando.
Hoy hubo lavadero de pies en el taller de figura humana.
Abrazos,
D.
Lo siento lo siento lo siento, he tenido el blog francamente abandonado, y si muchos ya ni se dan la vuelta lo entiendo. El año nuevo me tomó de sorpresa. Voy terminando mi cuarto mes en la Mansión Belga y esta soledad a veces partida por mitad me tiene bastante turulata. Me queda claro que en este momento no podría, bajo ningún concepto, vivir sola. Se me botaría la canica. Chayo me agarró en un baño de un café el 24 de diciembre. Me le había estado escapando, me he convertido en una segunda Houdini, huyendo de ella con todas mis fuerzas. Y ahora tengo rato de haber vuelto al trabajo. Saskia ya no está en el subterráneo, ando trabajando en los gourmets, estarán en Marzo en la Alianza Francesa si todo sale bien. La situación es privilegiada, lo sé con mi mente racional, pero el juego de los anhelos no me deja en paz. Habrá que abrir mas caminos, y trabajar mucho más. Crecer más el colmillo mientras afilo los lapicitos.
Se despide el pan, este pan que quiere mucho a tod@s sus amig@s.
El viernes hay aquelarre. Auuu.
¡Se acabó la FIL! ¡Qué rápido! La pasé pocamadre, conocí gente maravillosa, conocí mejor a los maravillosos amigos, bebí café de un tambo verde horrendo que había en la sala de prensa, reporteé, entrevisté, salí en ustream, tomé un micrófono por primera vez, hice preguntas en las ruedas de prensa, comí y dormí mal, aullé con los lobos en el concierto de Los Lobos, canté, bailé, abracé, trabajé, me convertí en fotógrafa (chafa), me estresé, me enfiesté, aprendí.
Gente de la composta, este pan de perro los quiere harto. Me acordaré siempre de esta semana con una sonrisota en la cara, gracias por la maravillosa experiencia de fábrica de recuerdos.
Abrazo a tod@s, ahora regreso con los gordos.
¡Saskia sigue en el subterráneo! ¡Hasta el 15!
D.
Lean toda nuestra apestosa cobertura aquí